Capturemos La Bandera (PERCICO ONE SHOT)

Juguemos a capturar la bandera

Capturar la Bandera es una de las tantas cosas que odio. Siempre me toca en el equipo de Clarisse LaRue y estoy harto de que Jackson y su equipo nos ganen siempre.

Pero esta vez, no será así. Mi plan nos llevará a la victoria.

El juego comenzó. Mi equipo escondió la bandera en el Puño de Zeus y me toca visualizar la bandera del otro equipo, que está en la orilla del lago de las canoas.

Decido viajar por las sombras, hay alguien haciendo guardia ahí pero eso no es problema. Desde la batalla contra Gaia no he viajado por las sombras, tengo miedo de desaparecer en cualquier momento, pero ya ha pasado tiempo. Esto lo vale.

Viajé por las sombras con tal velocidad que todo me dio vueltas y al llegar al lago caí al suelo. Mi suerte era de lo peor. Percy Jackson estaba haciendo guardia ahí y Contracorriente estaba muy cerca de mi estómago.

-Basta ya -dije, empleando el tono de voz que pone incómodos a todos, pero es que Contracorriente me daba repelús.

Jackson puso una cara compasiva, que se veía muy tierna.

¿Pero qué cosas pienso? Will es el chico que me gusta, no Jackson. Ya no.

-Hola Nico, ¿Ya puedes volver viajar por las sombras? -me tomó de la mano y me sonrojé en el acto. Odio ser pálido como los muertos.

Percy me ayudó a levantarme.

-¿Y a ti qué te importa? -dije haciéndome el enfadado-. Ahora, dame la bandera y no te haré daño.

Percy vaciló. Hacía tiempo que no le hablaba en un tono tan demandante. Por un momento vi la duda reflejado en sus ojos y me sentí un poco mal. Solo un poco.

-Oh, Nico, si tú le haces daño a Percy yo te lo haré a ti.

Por los dioses. Annabeth. Esa chica me incomodaba. Y había llegado a "ayudarle". Ambos sabíamos que Percy podía defenderse solo, pero a veces parecía que a ella no le importaba.

Desenvainé mi espada de Hierro Estigio y le di a Percy en la cara. Había un corte sangrante, pero no era nada comparado con el que Annabeth me hizo a mí.

Se lanzó y me hizo un corte profundo en el torso. La sangre salía a borbotones. Caí al suelo. Ésta era una de las pocas veces en las que lloraba; y no era por el dolor de la herida, eso lo soportaba. Era por mi estupidez, porque siempre que yo le hago algo a alguien, me lo devuelven peor. También por la injusticia; no le había hecho nada a Annabeth. Percy debió haberme atacado, no su noviecita. Percy ni siquiera se quejó por el corte.

-¡Annabeth! ¿Qué te pasa? -Gritó Percy, furioso.

-Lo siento, iba a ser un corte pequeño -le dijo a Percy, asustada, y después se dirigió hacia mí-. Nico, no quería lastimarte, pero tampoco quería que lastimaras a Percy

-Solo fue un rasguño, Annabeth. Obviamente no iba a lastimarlo. ¡Pero mira lo que hiciste!-Exclamé, sollozando y entre jadeos. No se equivoquen, odio que me vean llorar, solo Hazel me había visto así. Y Bianca. Pero, esta vez, mi debilidad y coraje habían llegado al límite. Y me derrumbé.

La sangre seguía saliendo. Clarisse llegó hacia donde estábamos y tomó la bandera. Gritó victoriosa hasta que me vio. Oí gritos y vi a Quirón acercarse; entonces, perdí el conocimiento.

Desperté en la enfermería. Hazel, quien se encontraba de visita, me observó con una media sonrisa, me dio un beso en la frente y se fue. La enfermería estaba vacía. Gracias a los dioses. Realmente no quería ver a nadie.

-Hola -dijo Percy entrando a la enfermería con una dona en la mano y el corte de su cara cubierto con una gasa. Se acercó hasta estar de pie a un lado de mi camilla-. ¿Como te sientes?