Nunca podré olvidar que la noticia cayó en mi como un balde de agua fría. Ella había muerto,y aunque no éramos cercanas,la quería,¿Como no hacerlo si era mi madre? Era lo último que me quedaba en este mundo. Pero tu llegaste Nathe,no dijiste nada,sólo me abrazaste por horas y lloré en tu regazo como niña pequeña.
Con tantas lágrimas derramadas había quedado sedienta de ti.
Me cargaste en tus brazos y me llevaste hasta mi habitación, susurraste palabras de aliento en mi oído, logrando estremecer cada centímetro de mi piel. Me recostaste y yo con apenas un hilo de voz te pedí que te quedarás.
—Lo haré estrellita,no te dejaré —respondiste y por primera vez en días me encontré sonriendo.
Me abrazaste y yo escondí mi rostro en tu cuello,me permití derramar más y mas lágrimas y tu pasabas tu mano por mi espalda tratando de calmarme.
Esa noche fue llena de dolor y allí estabas tu pese a todo.
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Memorias Célebres ©
Historia CortaÉramos un célebre amor, esos que describen en las historias pero con más intensidad. La entrega era absoluta y hermosa. Los besos profundos y apasionados. Las noches largas y los días cortos. Retazos de un amor sin ser celebridades quedaron...