Día 15

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La madre de Max pasó por mí a la mañana, y solo hicimos una parada en la pastelería, a pedido mío.

Cuando llegamos, me di cuenta que no era un hospital común y corriente. Era un hospital infantil, y por eso, las paredes estaban llenas de vivos colores y dibujos. No se sentía un hospital, y creo que esa era la idea.

Max estaba sentado en la sala de espera, y se sorprendió de verme.

"¿Se puede saber qué haces acá?", sus palabras eran duras. Se me hacía difícil sentir cariño hacia él.

"El mundo no gira a tu alrededor, Engendro", le dije mientras le estampaba el paquete de muffins que había comprado en la panza.

"Para que te atragantes", y entre en la sala de Tobias.

Estaba sentado leyendo un cómic, y mi corazón no hizo más que estremecerse. 

"Hola campeón, ¿cómo te sientes?", traté de contener las lágrimas que luchaban por escapar de mis ojos.

"¿Por qué la gente me sigue preguntando lo mismo?, bien Ellie. Aunque al parecer es todo lo contrario", era un nene inteligente.

Abrí mi bolso y saqué algunos de los cómics de Matt. Yo ya me los sabía de memoria, y sentí que Tobi podría darles un mejor uso.

"Ten, te traje éstos. Pertenecieron a una personita muy importante para mí, y creo que hubiera querido que los tuvieras", era como darle mi vida a alguien más. Pero valía la pena.

"Ellie, gracias. Llevo tiempo tratando de conseguirlos. En serio, gracias".

No me quedé mucho. No quería tener que hablar con Max, menos cuando se comportaba como un tremendo idiota. Esta vez el papá de Max me llevó a casa.

"Gracias por el regalo que le hiciste a Tobi. Ese chico en verdad ama los cómics. Estem, a ver, Jules me contó lo que pasó con Matti", el hecho que lo llamara Matti hizo que se me escapara una especie de llanto mezclado con risa.

"Odiaba que lo llamaran Matti", siempre nos golpeaba cuando lo hacíamos, incluso llegó a morderme los tobillos una vez.

"Lo siento, debió haber sido muy difícil. Quiero que sientas total libertad de ir a ver a Tobi cuando quieras. Y por Max...", lo interrumpí de inmediato.

"Señor Anders, no se preocupe por Max. Agradecería que no le contara nada, él solo decidirá cuando disculparse o no. No quiero que se disculpe por obligación y después cuando se entere el motivo se quede por culpa",  no se de donde saqué la fuerza para decir todo eso.

"De acuerdo, cualquier cosa sabes donde vivimos, y quiero que sepas que somos médicos. Digo por si quieres vengarte de alguna forma", no pude evitar reír. Eran unos buenos padres, no se merecían nada de lo que les estaba pasando.

"Buenas noches, señor Anders. Y gracias".

"Buenas noches Ell".

Ell, así me decía Matt.

Entré llorando a casa, y llorando me dormí.

Me tuviste con un "Hola"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora