El Legado

CAPÍTULO 1: Amelia

Abrió sus ojos, su respiración acelerada y su frente empapada de sudor. Pudo notar que aún la oscuridad se apoderaba de cada rincón de su habitación y al salir de aquel trance en el que al parecer había entrado coló su mano debajo del cobertor de su cama para así tomar su teléfono celular y poder ver la hora.

-Lo sabía-

Susurró en medio de la noche y con gesto desganado colocó el aparato en pequeño buró que se encontraba junto a su cama mientras adoptaba una nueva posición, un poco más relajada aunque muy adormilada, le era muy difícil pensar en ese momento sin embargo trataba de recordarlo que la había despertado.

Intentó visualizar una vez más aquello que había interrumpido su descanso, mas no pudo recordar además del sueño que la vencía.

-Sólo... Sólo fue un sueño, una pesadilla... Creo...-

Susurró en medio de la noche y fijó sus ojos almendrados en la ventana semiabierta en un costado de la habitación, frunció un poco su entrecejo mas no quiso darle la mayor importancia, quizás sólo olvidó cerrarla aquella noche antes de acostarse; poco a poco sus ojos se iban cerrando, dio un suspiro leve y recordó que aquel sería un gran día sin importar aquella pesadilla que jamás volvería a recordar.

Eran exactamente las 6:00 am y la alarma de su teléfono celular empezó a sonar, una y otra vez con un minuto de pausa sin embargo Amelia no despertaba y así continuó con pequeños movimientos mientras poco a poco se iba incrementando aquel sonido molestoso en sus oídos, abrió sus ojos de golpe y dio un brinco fuera de la cama mientras tomaba aquel artefacto entre sus manos y lo silenciaba sin desprender su mirada de la hora.

-¡Rayos!

Dijo con todo brusco y sus ojos se desorbitaron más que de costumbre.

-No llegaré a tiempo...-

Se quejaba mientras tiraba el aparato sobre la cama y salía presurosa de su habitación con rumbo al cuarto de baño, realmente no le importaba hacer todo aquel escándalo puesto que ya a esa hora la casa se encontraba vacía. Quitó su pijama de su cuerpo y se dio una ducha mientras cepillaba sus dientes al mismo tiempo.

-¡Ahhh! ¡Carajo, está helada! No importa, no hay tiempo... NO HAY TIEMPO.

Se quejaba una y otra vez al sentir el agua caer sobre su cabeza; no tardó más de unos minutos y salió envuelta en una toalla y secando su cabello todo parecía ir a la velocidad de la luz.

Buscó en su armario el uniforme de su secundaria, todo planchado y listo para lo que sería su gran día; observó el reloj y una vez más le puso turbo a sus movimientos.

-No puedo creer que llegaré tarde a mi graduación...-

Empezaba a molestarse un poco y más aún al haber abrochado su camisa en los lugares equivocados por lo que tuvo que repetir su acción, se suponía que todo sería perfecto: Sus amigos y ella graduados pero sobre todo juntos.

No podía negar que el terminar la secundaria le causaba un poco de tristeza pero sabía que ella y sus mejores amigos, Nyle y Julia, estarían juntos en la Universidad, todo estaba planeado y listo; no dejaba de pensar en la aventura que estaba a punto de iniciar pero para ello necesitaba llegar en el menor tiempo posible al gran salón donde se realizaría el acto final.

Eran exactamente las 7:30 cuando el teléfono móvil de Amelia empezó a sonar de nuevo pero esta vez era su canción favorita, su tono de llamada, por lo que se lanzó en la cama con cuidado y buscó debajo de las cobijas.

-¿Hola?

Contestó al fin pero no reconocía aquel número.

-¿Hola? ¿Quién es?

Preguntó una vez más pero no encontraba respuesta.

Continuará...