Capítulo 88:
"Razones"
Jane bajó la mirada al instante y se obligó a sí misma a respirar. Dejar fuera de su cabeza esos pensamientos era lo primero que tenía que hacer para poder manejar la situación si era que podía. Lo que no parecía poder hacer. Sus manos habían empezado de temblar y solo hasta ese momento lo había notado ya que al igual que sus piernas las sentía inestables, débiles. Sentía también la mirada de Justin.Y la de Alan. Y algo dentro de sí misma quería explotar hasta volverla partículas en el aire. Era como si de repente, lo único que quisiese fuera desaparecer de la vista de ambos hombres, porque muy a su gusto o no, un impulso reprimido dentro de su cerebro estaba a punto de hacerla lanzarse a los brazos de Justin y envolverse en ellos.
Pero la otra parte sana de su mente la mantenía en su sitio. Se sintió mierda entonces. La peor de las mujeres. Porque sabía. Sabía que estaba siendo injusta con Alan. Injusta porque a pesar de haber pasado más de mes y medio a su lado, sin ver a Justin, él aparecía y todo en su mundo se descontrolaba. Todo se volvía entorno a él Alan no se merecía eso. Una mujer como ella, incapaz de dejar atrás aquello que le hizo daño no era lo que él merecía. Merecía a alguien mejor. Recobró el sentido ante su último pensamiento y levantó la vista con quedo, para ver de nuevo ese par de ojos miel, para oler de nuevo aquel fastidioso perfume caro. Para ver también a su novio, a Alan.
-Entonces – Escuchó decir al pelinegro entre dientes, de mala gana - ¿Qué haces aquí, Justin? – Se abrió paso entre la puerta y Justin y se quedó de pie junto a ella, pasando de Justin como si no hubiera sido su amigo por mucho tiempo, como si prácticamente fueran desconocidos – Es raro verte después de...- Hizo una pausa - tanto tiempo.
-Sí, verdad - el sarcasmo de Justin fue palpable al tacto y su sonrisa, que se dirigía a Alan estaba llena de cinismo. Un cinismo puro que ocultaba la punzada de amargura que le provocó verlo de nuevo junto a ella, recordándole el modo en que la había perdido. – Me imagino lo mucho que te alegras de verme de nuevo y justo aquí ¿Verdad? – Alan arrugó la frente al escucharlo hablar - Tal vez – Continuó Justin - deberíamos hacer una fiesta de reencuentro ¿No? Estoy seguro que Jane estaría encantada de asistir – Jane quien había estado evitando sus ojos, en ese momento lo miró. Entonces él sonrió con serenidad y agregó: -después de todo, hace mucho tiempo que no ve a su esposo ¿Verdad?
La castaña se mordió el labio, irritada y cerró la mano con fuerza forzando sus nudillos para contenerse. Justin. Estúpido, tarado e idiota Justin. Como odiaba que siguiera siendo tan... él. Que siguiera diciendo esas cosas sin sentido. Que siguiera teniendo esa condenada personalidad extraña. Que siguiera creyéndose su esposo. Se daba cuenta de todo con solo escucharlo y mirar esa jodida expresión en su rostro. Ella podía verlo a través de sus ojos. El único propósito que quería conseguir diciendo todo eso era provocar a Alan. Hacerlo enfadar. Y parecía haberlo hecho. Haber provocado a Alan quien siempre permanecía tranquilo. Increíble. Jane observó al pelinegro detenidamente y pudo ver como con disimulo tensaba la mandíbula y rechinaba los dientes ofuscado. Como lo miraba a él. Y todo era por culpa de ella.
Alan tragó en seco y frunció los labios. Se había dicho a si mismo mantenerse calmado, pero no podía dejar de sentirse molesto. Se sentía irritado como un demonio y todo porque.. porque los había encontrado tan solos y tan cerca, porque no podía borrar de su mente la expresión que vio en los ojos de Justin mientras miraba a Jane. Porque no podía asegurar ahora que él no la quisiera. Eso lo jodía de pies a cabeza.
-Me place darme cuenta de que aún continúas con esa idea, Justin. – soltó con serenidad. Justin miró a Jane al instante y otra punzada, esta vez de ansiedad, al verla tan callada y tan cerca pero distante de él lo hizo descender un poco en su firmeza.