Doy pasos lentos, algo torpes porque como soy Oh Sehun amante de la música, voy embelesado viendo tremenda estructura antigua y... peculiar de lo que está hecha mi nueva escuela; Pandora.
El suelo está húmedo, ha caído una lluvia terrible minutos atrás. El cielo esta gris con pocos bombones blancos.
Entre mis manos llevo una caja con unos cuantos libros y algunos objetos preciados para mí, como Pinku Pinku, el peluche que mi madre me dio cuanto cumplí 1 año. En mi brazo derecho me he colgado mi estuche de violín con él dentro y a mi espalda mi pequeña mochila con algo de ropa en ella.
Me asombra el no ver a nadie fuera más que yo. Las grandes puertas del instituto están abiertas, seguro me atenderán en recepción aunque claro está, que no es un hotel.
Aun no puedo creer que hace una semana la carta que tanto desee llegara, llego. En el orfanato hasta pastel en grande me hicieron y eso, que no era mi cumpleaños. En serio me sentí halagado. Estoy a punto de entrar al instituto que hará mi sueño realidad.
Pandora, instituto que solo entrega 5 cartas por país, de Asia cabe aclarar, y entre las de Corea del Sur ¡una fue mía!. Mis manos son la tinta para mi libreta que es mi violín.
Aaaaah, debería dejar todas mis cosas en el suelo, excepto el violín y correr mientras simulo ser una mariposa, por todo el patio húmedo hasta que me harte, pero como dije, debería porque soy una persona sensata.
Subo los pocos escalones hasta llegar al frente de las gigantescas puertas. Lo bueno que están abiertas. Desde aquí fuera, puedo percibir el olor a madera húmeda, pero de esos olores agradables.
Doy el primer paso y siento que resuena como una piedra siendo lanzada al agua ¡Uy, qué silencio!.
Camino hasta recepción (¡Si, hay una!), pongo mis cosas en el suelo, a excepción del violín, que es de madera, pero de esas bonitas y elegantes. Asomo mi cabeza por aquí y por allá llevándome la decepción de que no hay nadie. Dejo caer mi hombros junto con mi cabeza, dramático me han dicho los niños del hogar.
-Oh Sehun, seguirme por favor –una voz me sobre salta y casi dejo morir a Renata.
Una mujer recta de piel casi transparente, con uniforme de los antiguos, comienza a hacer su camino y más vale que le siga de ya, porque va muy rápido.
Mientras voy detrás de ella a duros tropezones (porque como el cotilla que soy, quiero absorber todo a mi paso) resuenan musitos de dulces cantares. Quizá los estudiantes están pasando su tiempo libre en lo que mejor saben y gustan hacer.
-Aquí, habitación 3012, es donde pasaras tu estancia en Pandora. Compañero; Do KyungSoo –dice de golpe y yo lo absorbo como popote.
Ella está apunto de marcharse, pero la detengo.
-Disculpe, ¿Aquí hay más de tres mil estudiantes? –inquiero. Pues pensé que serían menos.
-La cuenta empieza a partir de 3000, solo hay 300 estudiantes en pandora y contigo, 301. Por cierto, la comida es a las 3:00 en punto. Tu compañero te dirá donde se encuentran los comedores de tu grado, ahora sí, me retiro –sin más, la mujer que parece fantasma, se pierde entre los pasillos.
Vaya, esto es... extraño.
Estoy parado frente a mi habitación. No sé si tocar o solo entrar, pero debo pensarle porque la primera impresión es muy importante ¿no? Estoy a punto de girar la perilla, pero la puerta se aleja pues mi compañero la abre. Lo miro y él me mira, es muy blanco, como yo. Viste completamente de negro dejando resaltar esa tez pálida, ojos grandes pero duros, belfos dulces y bonitos, pestañas largas, cabello color rojizo y estatura baja. Muy mono.
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Cantos del mas allá [HanHun]
FanfictionPandora, escuela de música y artes de Seoul, Corea del Sur. Oh Sehun, de 17 años, llega como un nuevo inquilino a pandora. Totalmente reacio a todo lo que sucede en ella. Él solo viene con un sueño en mente, ser un gran violinista. La música s...