Ruth:
¿Por qué Sandra no ha venido? ¿Qué le habrá pasado?
Entonces, como si el mundo quisiera responder a sus plegarias, recibe un mensaje:
"Lo siento. Te he fallado. Me he fallado a mí y a mi madre. No podía más, recuérdame como la chica feliz que era cuando estaba contigo, gracias por hacer sonreír a la chica más solitaria del mundo, gracias por quererme. Gracias por todo, Ruth. Dile a mi madre que la quiero y que lo siento, cuídala por mí, ya no le queda nadie. Aprende a vivir sin mí, pero no me olvides. Siempre dijimos y siempre será, te lo prometo, y las promesas no se rompen. Te quiero como nunca ha nadie ha querido a otra persona, de corazón, pero no podía aguantar más. Las lágrimas que seguramente caen ahora por tus mejillas se secarán con el tiempo, o quién sabe, quizás nunca se sequen. Pero sigue adelante. Sigue siempre adelante.
Gracias por todo mi vida, gracias por hacerme feliz.
Te quiero, Ruth.
Te cuida desde el cielo,
Sandra."
Salgo de clase corriendo porque las lágrimas me arden de rabia en los ojos y no puedo soportarlo. Le pego un puñetazo a la pared. Y otro, y así sucesivamente hasta que tengo los nudillos sangrando.
Levanto la vista al cielo y suspiro.
-Espérame allí arriba, amor mío.