-¿Llevas todo?- pregunto Elizabeth por quinta vez mientras seguía a Steve por el porche de la casa.-Debes dejar de preocuparte tanto- río él luego de dejar el bolso en la parte trasera de la camioneta-. Está todo en su lugar- aseguró mientras la abrazaba por la cintura y dejaba un pequeño beso en los labios de su esposa.
-¡Papá!- chilló él pequeño James en los brazos de Joe, estirando sus manitas en dirección a su padre para que lo cogiera.
-¿Que tienes ahí?- pregunto Steve una vez que tuvo al pequeño entre sus brazos-. ¿Tu lo hiciste?
James asintió enérgicamente con su cabeza-. Lo hice para ti- agregó para luego entregarle el pedazo de papel con una familia dibujaba en el-. Es para que no te sientas solo...-
Elizabeth respiró profundamente para contener las lágrimas, ya lo había dejado ir en ocasiones anteriores y todas con el mismo motivo, paro cada vez dolía con mayor intensidad su partida, jamás llegaría a acostumbrase a verlo ir, estaba completamente molesta ante la insistente idea de Steve por defender a su país, pero nunca se perdonaría a sí misma ver al amor de su vida siendo infeliz a su lado.
-Deja de pensar en eso...- rogó él mientras la abrazaba por detrás.
-Es la única explicación que tengo para que quieras irte de mi lado- contestó ella en un susurro apenas audible para ambos, suavemente se deshizo del agarre de su marido y giró sobre sus talones para enfrentarlo, tomó suavemente el rostro de Steve entre sus manos y dejo un suave beso en sus labios-. Te amo, te amamos.
-Tienes que partir- interrumpió Joe con James nuevamente entre sus brazos-. Dentro de poco comenzará la tormenta y no querrás que te atrape estando en la carretera.
-Tienes razón- suspiró Steve con una sonrisa forzada entre los labios.
Con la misma delicadeza de siempre, tomó el delgado cuerpo de Lizzy entre sus brazos y la apretó contra su pecho mientras dejaba un largo beso sobre su cien, lentamente rompió el abrazo y tomó su delicado rostro entre sus manos para finalmente besarla con ansias.
-Ten cuidado...- rogó Lizzy acariciando las manos de su marido, obteniendo como respuesta una sonrisa.
-¡Adiós papá!- chilló James moviendo sus manos en su dirección-. Recuerda que debes escribirnos.
-Adiós campeón- se despidió Steve dejando un suave beso en la frente de su pequeño-. Cuida de mamá y el abuelo, ¿si?
-Hasta luego Capitán- habló José imitando un saludo militar con gracias fingida m-. Yo me encargaré de la base en su ausencia.
-Adiós Joe- río él para luego darle un firme salido de manos-. Cuídalos por mi...- pidió en un susurro solo para los dos.
Steve observó por última vez la imagen a través del retrovisor de la vieja camioneta, sintiendo como el pecho se le encogía a medida que los perdía de vista.
-Los amo...- susurró mientras se obligaba así mismo a fijar la vista al frente.
Desde que era un niño, había soñado con esa imagen para sí mismo; un lindo y acogedor hogar a las afuera de la ciudad, con una bella esposa junto a un pequeño rubio en sus brazos esperando a por él en el porche de la casa. Pero jamás se imaginó a él mismo alejándose de esa imagen, no de esa manera. Sabía que no estaba camino a la guerra, como la última vez que se había despedido de Lizzy, pero tenía la misma sensación que aquella vez, sentía que estaba a punto de perderlo todo.
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Believe |Capitán América/Steve Rogers|
FanfictionElla no creía en muchas cosas, pero creía en él. |PASADA TEMPORALMENTE| All Love, Reed.