youtuber; uta no prince-sama

uno

La melodía fluía dentro del estudio, su voz armoniosa se adecuaba al tono, llegando a una nota perfecta.

They say it's what you make
I say it's up to fate
It's woven in my soul
I need to let you go

Era simplemente magnífico.

Your eyes, they shine so bright
I want to save their light
I can't escape this now
Unless you show me how

Al terminar la canción él no pudo evitar apartar la mirada de ella.

"Bueno chicos, muchas gracias por su apoyo, en verdad se los agradezco, si desean más covers no olviden dejar su like y suscribirse para más contenido y así recibir notificaciones cada vez que subo un video, tengan un buen día, adiós~."

Ya tenía en sus manos a otra estrella. Una muy brillante.

-Ella es la indicada... Ringo contacta con su mánager. La chica vendrá al Curso Maestro.

***

-Oye, ¿no crees que deberíamos firmar con la jovencita?

-No, no creo que sea una buena idea, no ganaríamos mucho. Sólo es un canal de covers, ¿de qué serviría invertir en su futuro si no llegará tan lejos?

Pff, si tan sólo esos idiotas supieran en donde está ahora. Ella en el pasado llegó a ser pequeña, con un número insignificante de seguidores y una pésima promoción, así como la mayoría comienza. Casi nadie se animaba a hacerla destacar ya que el perder dinero era lo que temían, pero sin su ayuda fue creciendo lentamente y con mucho esfuerzo llegó hasta lo que es hoy día.

Fujioka Manami, más conocida como Merodi, una joven chica que se convirtió en una gran estrella gracias a una cámara y su melodiosa voz. Contando con aproximadamente tres millones de seguidores es la sensación de Japón debido a su gran potencial y crecimiento en las redes.

-¡Con permiso! -sus apresurados pasos retumbaban los pasillos, una ligera gota de sudor se resbalaba por su frente junto a su acelerada -y entrecortada- respiración.- ¡Si llego tarde me matan! -accidentalmente tropezó con alguien- Dije que con permi...so.

-Wow, tranquila querida, llegas justo a tiempo. -dijo la mujer sujetándola por los hombros- Ven, ven, ¡que el director está ansioso por conocerte!

La guió entre los abundantes pasillos, subiendo grandes escaleras y pasando por decenas de puertas, todo parecía ser costoso y lujoso. Cuando recordó que se encontraba en el Curso Maestro realmente no se sorprendió. Sigilosamente observaba cada rasgo de su acompañante, un rostro angelical acompañado de unos grandes ojos celestes, una hermosa melena rosa y una belleza que envidiar. Hasta que la reconoció. Tsukimiya Ringo, una de las principales educadoras de la academia y compañera de Hyuuga Ryuuya, ídola de muchos. Claro que Manami conocía su identidad, ya que gracias a su prima fanática sabe todo sobre la agencia Saotome, además de sus principales ídolos y compositores.

-Muy bien, hasta aquí llegué -dijo su acompañante-. Debes cruzar por esa puerta, allí Shining te espera. ¡Nos veremos luego! -y allí se despidió.

-Lástima, le quería pedir un autógrafo...

"Muy bien Manami... tú puedes."

Inútilmente intentaba alentarse, sabía que aunque haga eso no obtendría nada. Nada vencía sus nervios. A pasos lentos se acercaba a la gran puerta, con sus nudillos dio suaves golpes, esperó hasta obtener el permiso de ingresar. Al entrar observó la habitación en la que se encontraba, amplia, acogedora, pero al mismo tiempo llamativa. Pasó la mirada hasta llegar a cierta persona, se trataba de Saotome.

-Un placer conocerla en persona, Merodi.

Lo que más llamaba la atención de ese hombre era su acento... ¿Era necesario? Manami no lo soportaría.

-El placer es todo mío...

***

-¡Natsuki dame eso! -exclamaba en un tono enojado un joven de cabellera rubia, corriendo tras su compañero.

Éste traía en sus manos un sombrero.

-Syo, si me atrapas.

-Tú... ¡Maldito...!

-Oigan... este no es el lugar adecuado para sus juegos, ¿saben? -dijo un peliazul que en sus manos traía un trapo de cocina- Es peligroso, vayan al jardín.

El más bajo se encontraba agradecido por la interrupción, realmente ya estaba cansado de seguir a Natsuki por casi todo el curso, pero el recién nombrado no se rendiría fácil. Así que agarró del brazo del rubio y lo arrastró fuera de la habitación.

-Pareces toda una mamá, Masato... -se burló un pelinaranja, de llamativos ojos azules.

-Cállate, Jinguji.

Masato no estaba para sus juegos, no cuando tenía decenas de tareas por hacer.

-¡Hola! -saludó alegremente un chico pelirrojo- ¿Se enteraron de quién está aquí?

Emocionado se dirigió hacia sus compañeros, tomando asiento en una de las sillas del comedor.

-No... ¿pasó algo? -se unió otro joven, de aspecto más serio, este venía de una de sus tantas lecturas, lo testificaba el libro que traía en sus manos.

-¡Sí, escuché que Merodi está aquí! -con emoción se adentró el menor de todos.

Apenas pronunció aquel nombre, los anteriores rubios que se encontraban corriendo aparecieron en el comedor otra vez.

-¿Merodi? ¿Aquí? -Syo preguntó- ¿Cómo lo sabes?

Los presentes se sorprendieron por el interés del chico.

-Lo escuché de Ringo.

-¡Es cierto! Ella es tu cantante favorita ¿no? -preguntaba Natsuki, recordando las miles de veces que éste se encontraba con el nombre de la mencionada en casi todas sus conversaciones. Syo asintió.

-Merodi... creo que he llegado a escuchar su nombre... -el peliazul dejó su libro a un lado.

-¡Es una famosa youtuber, la más conocida del momento! -exclamó el chico de ojos y pelo rojo.

-¿Entonces que ella pinta aquí? -preguntó Masato.

-Vamos a ver, ella debería de estar en la oficina de Shining -animó el moreno- ¡Vamos, vamos, vamos!

***

-Lo único que debes hacer es firmar aquí -el director enseñó el contrato.

Esto olía mal para Manami, ¿no hay reglas?

-Uh... sobre las reglas...

-¡Oh, casi lo olvido! -el mayor de un salto subió a su escritorio- Sólo hay una... -decía mientras se inclinaba hacia la chica- ¡Debe decir no al amor!

"No... ¿al amor? Espera."

-Disculpe, agradezco esta oportunidad pero yo no la puedo aceptar...

Detrás de la puerta se oye un gran '¿¡Qué!?' ésta se abre, dejando caer a unos siete chicos a los pies de la joven.

"¿¡STARISH!?"