La facultad estuvo tranquila. Max seguía sin ir, pero no era algo que me molestara.
Cuando llegué a casa no había nadie, entonces me preparé un almuerzo bastante sencillo. Arroz y hamburguesa, hay que sobrevivir con lo que hay.
Estaba lavando los platos cuando suena el timbre. Corrí a atender, creyendo que era Max. La realidad era muy distinta.
"Tom, ¿qué demonios?", era mi ex.
No se si la palabra ex es la correcta, porque nunca formalizamos. Pero vivimos muchas cosas, tanto buenas y malas. Se podría decir que nunca hubo un motivo por el que hayamos cortado, simplemente nos alejamos. Debo reconocer que verdaderamente me había enamorado de él, y en el fondo sabía que no era correspondido; pero de todos modos continuaba con él. Por eso me sorprendió verlo parado ahí, en mi puerta.
"Te extraño Ellie", tenía esa mirada que lograba derretirme. Pero nunca me hizo bien estar en esa relación.
"Es tarde Tom. Dos años tarde", ya era parte de mi pasado, y no había forma que reabriera ese capítulo de mi vida. Para pesadilla mía vi que Max se acercaba a casa.
Lo miré, casi suplicando.
"Amor, ¿pasa algo?", era como si me hubiera leído la mente.
"No, Tom ya se iba", dicho esto dio media vuelta y se fue. Era un alivio, pero sabía que no sería la última vez que lo vería.
"Necesito hablar Ellie", me dijo Max, pero mi cabeza no paraba de dar vueltas. Si no me sentaba iba a vomitar.
"Entremos, necesito sentarme", agradecí estar sola en casa en ese momento.
"Siento mucho haberme comportado como lo hice, se que no tenía motivos para tratarte así", sus disculpas parecían sinceras.
"Entiendo que es una situación difícil, Max. Pero no creo que entiendas porqué me dolió tanto", no quería darle tiempo a pensar en una respuesta.
Le conté todo, no me guardé nada, ni siquiera las lágrimas. Era la primera vez que me mostraba tan vulnerable con alguien."Soy un imbécil", se acercó y me abrazó.
"Todavía planeo la venganza", me resultaba imposible no quererlo.
Nos quedamos un largo rato en el sillón. No nos dimos cuenta que era la hora de la cena, y mis padres seguían sin llegar. Sam me había enviado un texto diciendo que se quedaba en casa de una amiga.
Pedimos pizza, y mientras esperábamos el delivery, Max hizo la pregunta.
"¿Quién era ese Tom?", noté como le cambió el tono de voz. Quería ser honesta con él, y le conté la historia completa. Ni a Carla le había contado tanto.
"Correcto, si ese vuelve a molestarte, quiero que me llames. No quiero que nadie te lastime", me tomó la cara entre sus manos. Eran suaves, y tenían un olor a cereza.
"Te quiero, Ellie", no fue necesario responder porque se inclinó y me besó.
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Me tuviste con un "Hola"
Romansa"Que quede en claro que sólo hago esto porque mi psicólogo me lo pidió. Si fuera por mí jamás llevaría un diario, demasiado cursi para mi gusto. A ver, por dónde empiezo... Ah sí, esto es inútil". Bienvenidos al diario de Ellie.