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Él estaba recargado en la ventana, encendí la luz, pero él no hizo caso y no volteó. Su mano estaba sangrando.

—Aaron... —Dije con voz temblorosa. —¿Estás bien?

Golpeó la pared con su pie, dio la media vuelta y volteó un mueble, se rompió un vaso y una jarra de agua. No sabía que hacer, no entendía nada, mi corazón latía muy fuerte, se que no me haría nada malo. Se volvió a recargar mientras trataba de controlar su respiración.

Entonces me acerqué y lo abracé por atrás. No me hizo nada, me partía verlo así, estaba llorando, quería preguntar que había pasado, pero sólo iba a empeorar las cosas, así que solamente me quedé ahí.

••••••••••

—Esto te va a tranquilizar. —Le di una taza de té.

Me sonrió.

Comencé a recoger todo, en especial los vidrios.

—No tienes que hacerlo. —Aaron me dijo casi en susurro.

—Tú sólo tomate tu té.

Traté de acomodar todo como estaba, se habían roto muchas cosas, así que sólo lo dejé así. Aaron se tranquilizó un poco, aunque su mirada estaba perdida.
Me senté a su lado y me recargue en su hombro. Son las 2:45 am pero ninguno de los dos tiene planeado ir a dormir.

Suspiró. —Esa señora me habló junto con mi padre.

Sin mirarlo, me atreví a preguntar. —¿Esa señora?

—La que vino...

Asentí lentamente, se que habla de su madre, pero tal vez tiene problemas, así que no seguí preguntando.

—Me quieren llevar a Inglaterra.

Cerré los ojos con fuerza para no llorar.

—En cuanto termine este año, me quieren llevar, dicen que ahí podré comenzar la universidad, y me van a enseñar a manejar los negocios de mi padre, pues dicen que ya es momento.

—No quiero que te vallas.

Me abrazó. —No me voy a ir, no te quiero dejar. —Hizo una pausa. —Tengo miedo, pueden venir cualquier día por mí. —Sollozó. —Es muy injusto, es obvio que me quieren alejar de ti.

Lo miré y limpié su lágrima, respiré hondo para no dejar salir ninguna lágrima. —No va a pasar nada malo.

Desvío la mirada. —Prometeme que nunca me vas a dejar.

El tener que prometer algo, es como decir que de verdad va a pasar algo, sus padres tienen el poder aquí, pueden hacer y deshacer todo.

Mis lágrimas salieron, y sin decir nada, lo abracé.

—No quiero que nada pase, me has dado tanto, que me niego a dejarte. —Le dije al oído. —No quiero estar en un lugar sin ti, todas esas miradas... No quiero alejarme de ellas.

Me abrazó aún más fuerte. —No digas eso, todo va a estar bien, princesa. —Me susurró y me dio una beso en la mejilla.

Odio este tipo de momentos, después de todo, se que mis mejores amigos están aquí, pero Aaron, con él tengo un sentimiento muy fuerte, no quiero volverme a quedar sola.

Al despertar, lo primero que vi, fue el rostro de Aaron, quien estaba sentado en una silla mientras me miraba.

—Me desperté de la mejor manera. —Sonreí.

—Te ves hermosa mientras duermes.

•••••••••

—Quiero tomar aire fresco. —Aaron me dijo mientras apagaba el televisor.

I Hate You But I Love You Donde viven las historias. Descúbrelo ahora