Entre mi Fantasía y mi Realidad

Capítulo 03

Llegaron a una pequeña cafetería donde se sentaron a platicar por un rato. Hasta que se dieron cuenta de que no se habían presentado.

-Por cierto soy Jonghyun – dijo el chico entre risas.

-Soy Taemin, encantado.

-Entonces eres estudiante Taemin, yo extraño mis días de estudiante. – hizo una pausa para ordenar todos sus recuerdos en su memoria – Y en especial extraño mi segundo año, fue tan divertido.

-Vez a esa chica de allá – cambió el tema – ten doy de este pastel si consigues su teléfono.

– Lo siento hyung, pero es obvio que ella no está interesada – contesto el pequeño.

-Por lo menos dame la oportunidad de que ella misma me rechace – dijo mientras se acostaba en la mesa.

Pasaron un rato ameno platicando y bromeando hasta que el medio día llego. Así que Jonghyun pago la cuenta de la cafetería y decidieron salir. Jonghyun veía de aparador en aparador de esa calle del distrito comercial. Iba de un lado al otro, era bastante hiperactivo y a Taemin le costaba seguirle el paso.

-¿Qué buscamos hyung? – preguntó Taemin al ver tanta hiperactividad.

– Pues buscamos tus audífonos, no dije que te los repondría.

-Pero no te preocupes por eso, yo puedo conseguir unos luego.

– No digas nada. Yo los rompí, yo los pago. Mira justo aquí encontré unos buenos.

Entraron a la tienda y jugaron con las diferentes cosas del interior. Cuando se hizo más tarde Jonghyun tomó los audífonos y estaba dispuesto a pagarlos. Pero se había quedado sin dinero. Taemin terminó pagando por él, pero el dijo que se los pagaría después.
Regresaron al parque y charlaron un rato más.

-Ya es muy tarde, debo ir al hospital – dijo Jonghyun después de un rato.

-¿Al hospital? – preguntó desconcertado Taemin.

-Si, no te preocupes por eso, nos vemos otro día – su nuevo amigo salió corriendo hacía el norte mientras que el caminaba hacía el este de regreso a su casa.

-¿Pasaste una buena mañana? – se trataba de Key bastante molesto y son sus manos en la cadera interrumpiéndole el paso.

– Solo me encontré con alguien – dijo asustado el chico de cabello cobrizo – y fuimos por audífonos nuevos.

-Exacto, te fuiste de compras sin mí, soy un ser maravilloso debería acompañarte. Pero ¿Qué estabas pensando? Me aburro mucho ¿Por qué no me llevaste? – el enfado de Key se había transformado en berrinche.

-No estabas por aquí en la mañana así que fui al parque – Taemin comenzó a excusarse.

-No importa – el ánimo de Key cambió de nuevo – Dime ¿Qué te dijo ese chico?

-¿Jonghyun? – preguntó Taemin desconcertado ante las reacciones de Key.

– Jonghyun – repitió Key – hasta su nombre me parece familiar. Ahora dime ¿Cómo es?

Ese día Key no paró de hacer preguntas sobre Jonghyun y Taemin casi no escribió nada. Además de que Key volvió a hacer berrinche cuando se dedicó a hacer su tarea y desapareció. Parecía que ese día no podría observar a su héroe en carne y hueso.

Las clases de día siguiente no tuvieron ninguna novedad. A la hora del almuerzo, como siempre salió rápidamente de su salón para ir al jardín principal y ponerse a escribir. Pero en el pasillo choco contra otra persona y todas sus hojas de sus cuentos, novelas y poemas salieron volando.

Rápidamente se puso a ordenar todo, esperando que la otra persona no lo viera. Moría de la vergüenza en esos momentos esperando que no fuera uno de lo que lo molestaban con quien había chocado.

-Taemin ¿Tú escribiste todo esto? – dijo una voz, que sorprendió al joven estudiante.

Se trataba de Onew quién ahora veía sus escritos y los recogía de uno por uno del suelo.

-Deberías dedicarte a esto, todos son muy buenos – dijo Onew mientras seguía hojeando.

Taemin cuando terminó de recoger todo arrastró a Onew hasta el jardín, deseando que nadie lo viera o escuchara los comentarios del futuro profesor.

-Por favor, no le digas a nadie – dijo Taemin haciendo una reverencia.

-Pero son muy buenos, yo podría ayudarte, podrías por lo menos publicar alguno – Onew insistía.

– Te los suplico Onew-hyung, nadie puede saber de esto – Taemin se acercó a Onew y puso una cara de perrito que ni el chico torpe pudo resistir.

– Esta bien – dicho esto Taemin sintió que respiraba de nuevo – Pero con una condición.

-¿Cuál? – preguntó Taemin asustado.

-Que me prestes tus escritos para leerlos. Todos parecen bastante interesantes – dijo esto con una amplia sonrisa.