Capítulo 104

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-¿Qué diablos es lo que te pasa dobe? –exclamó Sasuke, mirando el filo de la cuchilla de Naruto rozar su cuello.

Naruto no perdió tiempo cuando la puerta se abrió, rápidamente había sacado el cuchillo que cargaba aquel día y saltó disparado al cuello del que estaba entrando. No se había percatado que la forma de entrar era mucho más tosca de lo que debería ser para alguien entrenado, y de esa forma se abalanzó a Sasuke poniendo el cuchillo en su cuello.

-Perdón –respondió, parpadeando al ver a Sasuke-, pensé que eras otra persona.

Se paró y le estiró su mano para ayudarlo, pero Sasuke lo esquivó y se paró por su cuenta sobándose el cuello. Una fina línea de sangre se formó, y Naruto se acercó a limpiarlo con su dedo. Sasuke se quedó quieto mientras Naruto lo tocaba, manchándose de la sangre ajena.

-¿Quién pensabas que era? –le preguntó antes de que Naruto intentara tocarlo más. El rubio dio un salto y corrió a leer el espejo nuevamente. La tinta azul estaba desapareciendo, pero aun así él sabía quién era el único que usaba aquella frase antes de atacar.

Las palabras de Sai hace un mes se fueron volando a su mente, él no era el único que iba detrás de su cabeza, el resto de su equipo estaba buscando una venganza por un engaño. Si Sai era de corto rango, Deidara se caracterizaba por hacerlo de largo alcance. En pocas palabras, podrían encontrarse en peligro en ese momento pero el rubio se encontraría desde un lugar seguro moviendo los hilos.

-Tenemos que ir con los directores –rugió, pero el azabache se interpuso en su camino.

-Oh no, Iruka-San me ha dicho que no te deje faltar a ninguna clase más, y no quiero enfadarlo. Irás a deportes quieras o no –cerró la puerta del baño y se paró frente a esta impidiendo que el rubio pueda salir. Le lanzó su mochila algo fastidiado mientras el rubio lo miraba molesto.

-Esto es mucho más importante que una maldita clase, ponte a un lado y déjame pasar.

-Oblígame.

El rubio tronó sus dedos intentando intimidar a Sasuke, pero este no parecía ceder de ninguna forma. Entonces Naruto contó hasta tres en voz alta, cada número con una tonalidad mucho más fuerte que la anterior y salió disparado contra Sasuke. Como el azabache tenía las piernas abiertas, había pensado en resbalarse por debajo de ellas, girar para empujarlo y abrir la puerta; pero justo en ese momento en el que él corría y se resbalaba por debajo, alguien había abierto la puerta empujando a Sasuke sobre él.

-Perdón –murmuró el chico al verlos a los dos en el suelo juntos-, no vi nada, lo juro –cerró la puerta rápidamente y se escucharon pasos correr por las escaleras hasta desaparecer.

Sasuke separó su cara del pecho del rubio donde había caído por la gravedad y lo vio con los ojos cerrados intentando proteger su cara. Se había movido de esa manera inconscientemente, y Sasuke se preguntó si algún día él se movería igual. Parecía tan inocente que uno nunca pensaría que él fuera un asesino, o que casi le hubiera hecho matar por protegerle la vida.

Se intentó parar, pero la pierna de Naruto se interponía en dejarlo levantar, por lo que puso sus manos a los costados del rubio y murmuró en una voz ronca:- Dobe, suéltame las piernas que tengo que pararme.

Naruto abrió los ojos por un momento y miró a Sasuke, que estaba tan cerca de él y con sus manos a sus costados de forma protectora. Sonrió, antes de cogerle de las manos en un rápido movimiento y girar sus cuerpos para quedar encima.

-Perdón teme, pero realmente debo hablar con los directores –exclamó, sentado en sus piernas-, dile al profesor que llegaré tarde, cualquier excusa funcionará menos la de diarrea, ya la he usado mucho.

Buscado por amarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora