Hacía apenas una hora que habían llegado a Aguasdulces.
Viento Gris se deslizaba entre sus piernas, inquieto, sin dejarle ni un poco de tranquilidad. El huargo no se había separado de ella ni un sólo momento desde su enfrentamiento con Jaime y gruñía a cualquiera que tocase su vientre, como si se hubiese autoproclamado protector de aquel niño.
Eda la ayudó a ponerse uno de los pocos vestidos elegantes que habían llevado a la guerra para ocasiones como aquella, y trenzó su cabello tal y como solía llevarlo Catelyn. En aquella ocasión dejó sobre el tocador su cadeneta plateada pues, en pocas horas, su cabeza luciría una nueva corona.
Se miró en el espejo antes de salir de los aposentos que habían asignado a Eda, y este le devolvió una imagen extraña. Su rostro, al igual que el resto de su cuerpo, se había llenado ligeramente; los pechos le sobresalían demasiado por el recatado escote y su mandíbula había dejado de ser cuadrada para empezar a redondearse. Su vientre ya lucía abultado y crecía cada día que pasaba. Cerró los ojos mientras Eda le abrochaba la gargantilla que había lucido el día de su boda.
Caminaron de la mano, escoltadas por cuatro guardias con el emblema Tully sobre el pecho. Recorrieron largos pasillos, todos austeros, hasta llegar hasta el enorme portón que ya estaba abierto, esperándolas. El Gran Salón estaba silencioso pero lleno de gente y evocó a Lyra el recuerdo del Gran Septo de Baelor el día de su boda. Se sorprendió a sí misma buscando a su familia con la mirada y extrañándose al no ver por allí ningún rostro conocido. Robb, Catelyn, ser Brynden y ser Edmure Tully ya estaban situados alrededor del trono ancestral de los Tully, al fondo de la estancia. Lyra se soltó de la mano de Eda, quien le dirigió una de sus dulces sonrisas antes de ir a encontrarse con su tío Harrion, para acudir al fondo, con su nueva familia.
Una vez estuvieron todos en su lugar, el septón de Aguasdulces entró en el Gran Salón. El silencio se impuso de forma absoluta y Lyra se situó junto a Robb con los hombros y el mentón erguidos. El septón era un hombre menudo, de aspecto frágil pero andares poderosos. Vestía una sencilla túnica oscura y del cuello le colgaba un pequeño martillo de hierro. El hombre se acercó a ellos y les tocó la frente. Un muchacho aguardaba a un lado con la que iba a ser la corona de Lyra, una trenza de plata de la que nacían pequeñas astas. Al otro lado aguardaba otro muchacho con la que iba a ser de Robb, un círculo abierto de bronce con runas antiguas, coronado con nueve clavos de hierro negro forjado en forma de espadas largas. Catelyn las había mandado forjar; la de Robb evocaba a la Corona del Invierno que habían lucido los primeros Reyes del Norte, perdida hacía miles de años, y la de Lyra estaba inspirada en la de su propio padre, el rey Robert Baratheon, aunque adaptada a la austeridad y la sencillez del norte.
El septón se colocó entre ambos y comenzó a recitar una plegaria a los Siete:
—Que el Padre vele por ellos, para que obren con justicia; que la Madre sea compasiva y les entregue herederos fuertes que continúen su legado; que el Herrero les conceda la fuerza para cargar con el peso de su reinado; que el Guerrero les conceda valor y victoria en las batallas que se avecinan y que la Vieja les guíe por el largo camino que les queda por recorrer. Aquí, bajo la mirada de los Hombres y los Dioses, proclamamos a los Reyes en el Norte —el muchacho a la izquierda de Lyra se acercó al septón, que tomó la corona de plata entre sus manos—. Lyra, de las casas Stark y Baratheon, primera de su nombre. Reina y Guardiana del Norte, Señora de Invernalia y auténtica heredera del Trono de Hierro. Reina de los Ándalos, los Rhoynar y los Primeros Hombres. Señora de los Siete Reinos y Protectora del Reino. Señora del Cuello —el segundo muchacho entregó el aro de bronce—. Robb de la casa Stark, primero de su nombre. Rey y Guardián del Norte y Señor de Invernalia. Rey de los Ándalos, los Rhoynar y los Primeros Hombres. Señor de los Siete Reinos y Protector del Reino. Señor del Cuello.
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The Lionhearted Deer | Juego de Tronos
Fiksi PenggemarReyes contra reinas. A la muerte del rey Robert Baratheon, Robb Stark no tarda en autoproclamarse Rey en el Norte, apoyado por la casa Baratheon gracias a su matrimonio con Lyra Baratheon, melliza del rey Joffrey. En las Islas del Hierro, tambi...