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Tallando mis ojos y dando bostezos, quite las sábanas delgadas con las que me tapaba mientras dormía, levantándome por fin de la cómoda cama. A pasos lentos con los ojos cerrados por completo y con un pequeño dolor de cabeza, me acerque a la puerta que la tocaban insistentemente desde hace un rato y que por mi exagerado sueño, ignoraba olímpicamente.

Justo antes de tomar el pomo, un aire fresco se coló por la ventana abierta del balcón provocando que todo mi cuerpo se estremeciera del frío. ¿Balcón? ¿Frío? Abrí los ojos cayendo en cuenta que estaba totalmente desnudo y que sería una mala idea abrir la puerta de esta manera recibiendo a la persona que haya venido. Volvieron a tocar más fuerte y giré mi cabeza a mirar la cama desde mi lugar. Sonreí ampliamente.

—¿Quién?— cuestione en susurro.

—¡Llevó horas marcando a tu celular! ¿Piensan quedarse en el motel? ¡Vamonos! — la voz de Jin se escuchaba molesta.

—Lo siento, estábamos durmiendo. Bueno, Yoongi sigue durmiendo.

—Despiertalo, ya todos están esperando en el coche. Les doy veinte para que arreglen lo que tengan que arreglar. — Claro, nada se le escapaba a Jin.

Escuché sus pasos alejarse y giré caminando sin despegar mi vista de la persona que se encontraba en la cama durmiendo cómodamente. Detuve mi caminar recargandome del juguetero cruzando mis brazos. Una pequeña risa salió de mis labios ¿Por qué me siento tan despreocupado y tranquilo después de lo que hice con Yoongi? Verlo durmiendo de lado con sólo un poco de tela tapando su cuerpo, me da la sensación de que todo está bien y que no me sienta confundido por aquel encuentro de a noche que fue mi primera vez y con un hombre. Debería de escandalizarme porque a noche estaba bebido, debía despertarlo y preguntarle por qué se dejó llevar sabiendo la condición en la que estaba, debía pedirle una explicación del por qué no me detuvo siendo que yo sabía que gustaba de mujeres, pero nada de éso me hace ruido y no se me pegaba la gana despertarlo para ello, más aún porque no necesitaba explicaciones de lo que hicimos.

Descruce mis manos cortando la poca distancia que había entre mi lugar y la cama. Volví a sonreír como un niño pequeño que ha probado por fin su preciado dulce favorito. Lo mire con mucho detenimiento, primero su rostro que era el que me encantaba admirar mientras duerme, después su pecho esbelto y desnudo, sus caderas marcadas que lo hacía lucir sexy y por último sus delgadas y finas piernas en las cuales me perdí mirándolas con detalle y parsimonia, son realmente hermosas.
Hizo un movimiento brusco descubriendo el área de sus glúteos. Sonreí con perversidad, me concentre solamente en aquella zona y podría adentrarme con morbosidad a recordar cada detalle de lo vivido con él...

—No sabes lo que estás... — su voz se cortó regalandome un claro suspiro de placer, anhelando tocarlo más le quite su camisa y proseguí quitándome la mía.

No intentaba refutar nada, tampoco mi mente se encuentra como para formular algo que se escuche lógico. Me siento embrutecido y no solamente por el alcohol, lo que Yoongi activa en mí con un sencillo roce me esta matando por dentro, me estoy quemando de más, pero lo que quiero es que el fuego nos consuma a los dos.
Ansioso por otra caricia más fuerte, me apague a él por completo dejando que sus glúteos acunaran mi miembro con facilidad debido al líquido que salía sin mucho esfuerzo. Se me escapó un jadeo de alivio al sentirlo tan caliente rodeando toda mi hombría. Rozaba su pecho con la punta de mis dedos tentando cada parte de él y descubriendo lo que podía hacer con una caricia que en alguna otra circunstancias sería totalmente distinto. Su reacción me hizo gruñir, llevó su mano a la mía invitándome a tocarle por completo y con rudeza, besé su cuello deseando morderlo hasta dejarle marca porque lo que provoca en mí se intensifica cada vez más volviéndome incapaz de detenerme.

Ventajas de ser invisible «y.m» Donde viven las historias. Descúbrelo ahora