- No puede ser- comentó Abraham cubriéndose la boca - ¿Hermano?
- Sí, sí, sí. Soy yo- contestó entre risas Isaac.
Abraham se acercó a él examinando cada detalle de su rostro, era cierto. Estaba viendo a Isaac, su hermano. De un momento a otro ya estaban ambos abrazados.
- Lo siento- decía Isaac- cuánto lo siento. Cuando saliste de casa no pude ir tras de ti porque Ana...
- No- lo interrumpió Abraham - no tienes porqué disculparte, en realidad solo quería saber que te habías salvado y mírate, todo un líder... ¿Nuestros padres? ¿Ellos están contigo, en tu refugio? -Isaac miró a su hermano con tristeza y negó con la cabeza abrazándolo de nuevo- Sabes, quería disculparme, con mamá, por lo que pasó. Ella debió de estar muy triste, aun recuerdo su expresión al momento en que me fui.
- No te lamentes por eso, Abraham. Déjalo ir, no dejes que te afecte ahora.
- Ahora entiendo- le susurró Karen a Alan pero fue lo suficientemente fuerte para que los hermanos escucharan y la miraran- bueno, ustedes son hermanos ¿no? y si Isaac es hermano de Ana, ella también es hermana tuya- murmuró señalando a Abraham- lo que hace que sean una familia- concluyó Karen con una sonrisa.
- Es cierto ¡Ana! Necesitamos hablar con ella acerca de nuestro encuentro ¿Tu piensas que nos crea?- preguntó ansioso Abraham.
- Claro que nos creerá. Y se pondrá muy feliz.
- Más que ustedes dos, no creo. Esto es demasiado cursi para mí, esta vez paso- sentenció Alan que se dirigió a la cocina provisional que habían hecho en el avión.
- ¡Es que no me lo puedo creer! ¿Cómo sobreviviste tú? - quiso saber Abraham.
- ¿Ya no te acuerdas? Yo estaba en el sótano, con Ana.
- La verdad es que recuerdo muy poco de aquel día.
- Un momento- reflexionó el herido- si fue posible que nos reencontráramos aquí en La Zona... Díganme- expresó Isaac siguiendo a Alan hacia la cocina. El herido hacía lo posible por evitar que su pie recién vendado tocara el suelo; no quería apoyarlo demasiado pues temía hacerse más daño - ¿Habían encontrado personas? Supongo que si estamos nosotros debería haber unos cuantos más, ¿no lo creen?
- Pues antes de ustedes, no. Los vimos cerca de la montaña ayer, tu estabas recolectando leña- dijo Karen que iba detrás de él- creí que me habías visto cuando levantaste la mirada, pero luego te fuiste.
- ¡Ah! Entonces eras tú, sabía que algo me estaba mirando, aunque no sabía que fuera tan atractivo para que lo hicieras tú- bromeó Isaac y el resto estalló en risas, incluso Karen que se sonrojó.
Así comenzó la reconciliación de Isaac y Abraham, ahora solo quedaba explicarle a Ana, que dormía profundamente, la pequeña sorpresa. Sin embargo había algo que todavía no tenían en mente: si autorizaban a los aviones de ir a destruir La Zona, éstos llegarían en menos de un día ¿digo menos de un día? ¡Sería en menos de unas horas! por eso el nuevo grupo de Los Pilotos debía estar atento a las transmisiones de radio y comenzar a formar un plan.
La lluvia llegó justo como había predicho Abraham, azotó tan fuerte la estructura del avión que hubo un momento en el que Isaac dudo de la fortaleza de ésta, claro que no conocía cuántas tormentas había resistido ese avión. Los rayos atravesaban el cielo negro, y los truenos asustaban cada vez más a Ana quien despertó al momento en que la lluvia se desató. Karen preparaba lo que era una comida usual en aquel avión: insectos asados, crujientes y llenos de proteínas; mientras que Alan... bueno él le contaba algunas experiencias a Ana para distraerla y espantar sus miedos, y los hermanos, ¿qué podría decir? ellos ideaban la mejor manera de decirle a Ana que juntos formaban una familia. Se pasó la tarde así, lloviendo como si no hubiese un mañana, las criaturas corrían por un escondite y los muchachos, dentro del avión estaban protegidos, por ahora.
- Chicos- masculló Karen desde la cocina- ya esta lista la comida, pueden acercarse si la quieren comer caliente.
Parecía que el resto se lo tomo como broma pues se acercaron mas lento de lo que un caracol pudo llegar. Los hermanos acordaron que después de la comida le expondrían a Ana la verdad, TODA la verdad, incluyendo el Muro, las personas del otro lado, las bombas cargadas de químicos nuevos que podrían llegar en cualquier momento, en fin, todo aquello que fuera de importancia. Después de eso planearían con el resto de Los Pilotos las maniobras que seguirían para salir de ese repugnante lugar.
- ¿Qué comeremos, Karen?- preguntó ansiosa la niña con la esperanza de que no fuese a decir "conejo."
- Bueno, estoy muy segura de que te gustará aunque es mejor que cierres los ojos para que lo saborees aún más- la verdadera razón por la que Karen le pidió aquello es que presintió que si la niña veía los insectos antes de comerlos, entonces no los comería por ningún motivo. En cambio si los saboreaba antes de mirarlos, decidiría si le habían gustado. "La apariencia engaña" se dijo a sí misma.
- ¿Porqué tendría que cerrarlos?
-Solo hazlo, o es que no confías...
- Claro que no, apenas y los conozco, aunque los cerraré. No me queda de otra.
El sabor que aquella comida misteriosa que le había dejado en la boca a Ana le parecía ser bueno, y cuando supo lo que estaba ingiriendo no le dio importancia porque daba gracias de poder comer algo, algo bueno y que no fuese conejo.
- Ana... tenemos que hablar contigo- expresó su hermano- es importante que nos escuches y sé que sonará como una locura pero es la verdad... ¿Recuerdas que me comentaste que extrañabas las cosas que hacíamos juntos, como hermanos? Bueno tiene que ver mucho con eso.
- Tuvimos un mal comienzo, lo admito y me disculpo por eso. Aunque así tuvo que ser- habló Abraham- si hubiéramos llegado en el momento equivocado no nos habríamos conocido.
-Y verás,- continuó Isaac- al punto al que queremos llegar Abraham y yo es que...
- ¿Isaac, intentas decirme que éste cretino de aquí que se dice llamar Abraham- interrumpió la niña señalándolo- en verdad es mi hermano? ¡Pruébenlo!- les exigió- porque mi hermano jamás me habría empujado a un barranco además sin evidencias no les creeré.
Isaac quedó estupefacto, su hermana dedujo muy rápido las noticias que le tenían; miró a Karen en busca de ayuda sin embargo ella estaba igual de pasmada que él. Evidencias, ¿Cómo conseguirían evidencias? Simplemente no las había.
- ¿Quieres una evidencia? Te daré más que lo suficiente. Contéstame lo siguiente... - Abraham tomó el control de la situación- ¿Cómo sabes que Isaac es tu hermano, ah? Solo lo sabes y no cuestionas ese conocimiento. ¿Crees que te habría salvado de no haber sabido quién eras? ¡Claro que sí! Y lo hice... la verdad es que no te salvé de las criaturas que te seguían porque fueras mi hermana. Yo no tenia idea de quién eras, pero de haberlo sabido creme que lo habría hecho todo por protegerte, tal como hizo Isaac.
- Aun así lo hiciste- pronunció Ana entre dientes- ¿Por qué?
- No hubiera dejado que murieran y menos ahora que sé que son mis hermanos. Mira, ¿Recuerdas la última vez que viste un avión? Fue en un museo, traías puesto un vestido blanco con flores y no creo que hayas olvidado lo que le dijiste a uno de tus hermanos: "quisiera poder subir a uno de esos aviones y dejarme caer desde el cielo para saborear una de esas nubes esponjosas"
La niña frunció el ceño, miró los ojos oscuros de Abraham y esos ojos despertaron sus memorias, las memorias que creyó ya había perdido y lo abrazó. -Te extrañé- le dijo en un susurro...
***************
Hola a todoooooos! Espero les esté gustando :D
GRACIAS POR LEER :)

ESTÁS LEYENDO
Si tú vas, yo también
AdventureLa Zona. Más de 90 kilómetros a la redonda de lo que fue el estallido del rector. Isaac, un SOBREVIVIENTE, creía que estaban solos, él y su pequeña hermana, pero se equivocó. Su objetivo estaba claro al inicio: buscaba algo, algo que le había si...