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No iba a arriesgarse, ni un poco solo. No se despegaria de Frisk ni un centímetro. Un reinicio no implicaba que olvidara lo sucedido y no iba a dejar que nadie le hiciera daño. No volvería a ver a la inocente Frisk temblar de puro miedo con esa horrible expresión de terror.
- ¡SANS! ¿ESO QUE LLEVAS AHI ES UN HUMANO? - Con gran curiosidad se acercaba Papyrus a los otros dos.
- Paps te presento a Frisk. Ella es muy pequeña, hay que cuidarla con cuidado. - Sans noto como las manos de esta se cerraban algo nerviosa y acarició su espalda para tranquilizarla.
- PERO...UNDYNE... YO QUIERO SER DE LA GUARDIA REAL, NECESITO LA HUMANA PARA... - tanto Sans como Frisk sabían que eso nunca fue un problema real.
- ¿Vas a sacrificar un amigo por un puesto? A Frisk le encanta el spagueti y venía diciendo que quería aprender del maestro - Papyrus quedó mirando aquel niño un momento y después sonrió. su carácter inocente era una ventaja.
- ¡NYEEHEHEHE! UN APASIONADO DE LA PASTA NO PUEDE SER MALA PERSONA.

Papyrus y Frisk estaban haciendo pasta poco después y al menos por el olor podría decirse que era comible. Sans no podía quitar ojo a aquella pequeña figura, estaba asustada de si misma, de Chara. Hasta el punto de esquivar totalmente la cuchilleria, Frisk no se permitía tocar nada punzante.
En algún momento se habían puesto a hablar sobre donde dormiría ella.
- Yo me quedo en el sofá, no pasa nada... - Esbozó una sonrisa tranquila, puede que ya tuviera costumbre.
- PERO HUMANA, ESE NO ES SITIO CÓMODO ¡EL GRAN PAPYRUS TE OFRECE SU-
- Te quedas conmigo - Zanjó Sans un tanto cortante
- P-Pero - Frisk no parecía muy contenta pero dormir en el sofá no era una opción.
- No TIBIA admitir reproches. - Sans sonrió más, si era posible. Ya no era solo que iba a impedir el genocidio, también podía reescribir el pasado. Dar una nueva infancia a Frisk. Esta se agarró a los bajos de la chaqueta algo avergonzada pero aceptando aquella propuesta. Sugetó aquella mano diminuta entre la suya y subió las escaleras hasta el cuarto casi arrastrando a la chica.
- ¡Sigue igual de desordenado! - Frisk reía jugando en la cinta de correr que había en medio de la sala y mientras Sans rebuscaba en un cajón.
- Heh encontré un digno pijama para ti - la puso sobre la cama y colocó una camiseta blanca que a ella obviamente le estaba enorme hasta el punto de arrastrar
- Parezco Nastabloock con esta camiseta
- Estas adorable
-¡Buuuuu!¡buuuuu! - Frisk tonteaba moviendo sus brazos como un fantasma. Sans sonreía viendo aquel comportamiento aunque dejo de sonreír cuando al moverse la chica vio que dejaba atrás su pequeña ropa y se subía a la cama pegándose contra la pared, se puso muy seria de repente y se encogió de cara a la pared.
- Ya no tienes porqué culparte de nada - Sans se cambio y se recostó al lado de la chica
- Me da miedo estar cerca de la gente... Tengo miedo de herirlos
- ¿sigues escuchando a Chara?
- La siento pero no la escucho, esta débil. Asgore, el sabía algo aunque nunca le pregunte - Sans le abrazó con fuerza, cada vez se sentía más unido a ella, quería protegerla. En cierto modo era lo mismo que hacía ella, trataba de alejarse para protegerlos. Volvió a apretarla entre sus brazos y beso su nuca con cariño.
- ¿Que haces? - Frisk se giró y se quedó mirando directa a los ojos del esqueleto. Sans se sonrojó sin poder evitarlo, la mirada de la chica le dejó totalmente hipnotizado. Sus ojos castaños seguían pareciendo cansados, estaba claro que no se permitiría el lujo de olvidar.
- Cuidar de ti aunque no te dejes - revolvió el pelo de esta
- No se que piensas realmente, pero estas muy azul. Pareces un arándano - se reía apretado los pómulos del mayor que se sonrojó todavía mas y cubrió a la chica con las mantas dejándola atrapada ahí debajo. Ella despertaba ternura en el mayor y algo más que eso estaba creciendo en el.

Sans le encerró bajo las sábanas y no le dejaba salir. Frisk sabia que algo había pasado para que se sonrojarse el esqueleto  aunque ignoraba el que, tampoco lo pasaría por alto. Escucho las risas del otro mientras ella intentaba salir. Se quedó parada pensando un momento. la camisa del esqueleto se había descolocado, a pesar de que Sans era bastante rechoncho su interior estaba hueco y una terrible idea divertida para ella cruzo su mente mientras sonreía de oreja a oreja .

La chica dejó de moverse repentinamente ¿que hacía? Iba a mirar cuando sintió a la chica agarrarse en su interior, de la impresión saltó de la cama y cayó al suelo, ese había sido un movimiento inesperado. Sintió a la chica rebotar en su interior.
- kiddo, sal de ahí. Ahora mismo - Sonó severo, no es que fuera incomodo o doloroso para el, un poco comprometido. Más bien muy muy comprometido, era un lugar íntimo, literalmente su interior. Justo al lado de su alma - ¿Kiddo? - estaba nervioso por que Frisk saliera de ahí
- Ah, perdona... Solo era una broma - su voz sonó tranquila, muy tranquila. Salió de ahí y se volvió a acostar de cara a la pared. Parecía entristecida de repente, era inestable o quizás había sido el esqueleto demasiado serio respecto a eso.
- Kiddo...
- No, lo siento, fue estúpido. Buenas noches...- Se acurrucó más y cerró los ojos. Esqueleto tonto, había arruinado todo el ambiente. Apretó los dientes y se subió de nuevo aunque el resto de la noche fue más fría. Cada vez que trataba de acercarse a ella esta se alejaba más. Tenía que tranquilizarse, su alma era visible entre sus costillas. No podía dejar que todo lo que rodea a Frisk le afectase tanto.

Ya era de día, la luz despertaba al esqueleto. La camiseta que llevaba la chica estaba a sus pies por lo que ella ya se había levantado. Desde que Frisk reinicio había obtenido algunos hábitos... Impropios de él, como el levantarse temprano aunque luego no hiciese nada en todo el día.
Se cambio y bajo las escaleras, el lugar olía a chocolate y Papyrus parecía hablar animado. Pap tenía una terrible inocencia que lo hacía confiar en todos. Aunque en otro momento aquello le llevo a la muerte ahora era perfecto para integrar a Frisk en lo que podría ser una especie de familia. ¿Una hermana? Por algún motivo "hermana" implicaba compartirla con Pap y eso le molestaba. Suspiró cansado por aquellos cada vez más comunes pensamientos, entro en la cocina donde una taza de chocolate le esperaba y una escena que lo enfado sobremanera aunque no iba a dejar que se notase.
-BUENOS DÍAS SANS ¡EL GRAN PAPYRUS ESTA APRENDIENDO A HACER DESAYUNOS! CON AYUDA DE LA HUMANA ...- A veces se pasaba por alto, pero en aquel cuerpo se escondía una chica de dieciocho años y ahora mismo ese pequeño cuerpo estaba bebiendo chocolate sobre los hombros de su hermano con total tranquilidad. Una confianza de la que el no gozaba.
- Buenos días - susurraba la chica desviando la mirada.
- ...AUNQUE PARECE TRISTE ¿SERA POR ESTAR SIN PADRES? - Sans conocía muy poco sobre el pasado de Frisk, poco más que que cayó huyendo y que quería salir. En ese momento se dio cuenta que apenas sabia nada de sus motivos tanto como acabo ayí o quien le esperaba fuera, quizás ya tenía una familia esperando.
- No deseo volver con mis padres, no le deseo eso a nadie - Aquella respuesta repleta de odio desconcertó a ambos hermanos que se quedaron mirando el uno al otro. - No estoy triste y tengo oídos. - Papyrus hizo un movimiento brusco tratando de mirarla y Frisk se mancho de chocolate. - ¡Paps! - sus labios se curvaron queriendo sonreír y su tono fue casi cariñoso. Fue demasiado para Sans, utilizando su magia la bajó del otro.
- ¡MIRA COMO TE HAS PUESTO HUMANA! ¿QUIERES DARTE UN BAÑO? ¡UN BAÑO CON EL GRAN PAPYRUS!
- ¡No! - Sans casi gritó exaltado
- Puedo bañarme sola. Pero gracias Paps - Frisk le sonreía desde el suelo
- USA ESTA ROPA MIENTRAS LAVO LA TUYA - Frisk se dirigió al baño seguida por Sans con aquella camiseta en la mano
- Puedo sola, no vengas - Parecía más una advertencia
- No es momento de avergonzarse
- No entres - Aun con todas el esqueleto entró tras ella y esta se quedó parada en medio del baño mientras Sans cerraba la puerta. Le ayudaba a desvestirse aunque esta no le miraba. Ella parecía muy callada, ya no lo echaba, quizás se habia dado cuenta que era pequeña para entrar sola a la bañera, podía hacerse daño o simplemente no llegar. Quito aquella característica sudadera notando como ella se resistía a hacerlo y lo que encontró debajo lo dejo perplejo aunque ya lo había visto antes. Cicatrices en sus brazos que llegaban hasta su espalda
, cicatrices bastante profundas y algunas parecían ser recientes. Parecían de roces, como si la hubieran arrastrando o encerrado una y otra vez.
- N-No preguntes por favor... No las mires... - Su voz sonó dolida y temblorosa, no quería preguntas. Parecía afectada o traumatizada por lo que quiera que le hizo esas cicatrices.
- De acuerdo - Sans recupero su expresión habitual y le acarició la cabeza a la chica. Tanto su pasado como su futuro la habían maltratado. Aunque mil dudas agolparon su mente solo dejo su expresión habitual metiendo a la chica en la bañera.
- ¿quieres que te lave el pelo? - Frisk asintió ligeramente y este comenzó con lo dicho. Definitivamente no iba a compartir a Frisk con nadie, así no acabaría más dañada. Nunca había sido así de protector, ni siquiera con Papyrus. Le lavaba la cabeza con un champú que olía dulce, Papyrus lo había comprado hacia un tiempo pero no sabia para que, todo el lugar se inundó de aquella fragancia. Frisk cerró sus ojos dejándose llevar por por aquel mimo se relajaba casi acurrucada en la bañera.
- Sans... ¿Porque? -  Sans la miró extrañado sin saber que se refería tan de repente - ¿Porqué me dejaste vivir? - Alzó la vista mirando al otro con los ojos casi llorosos.

Undertale : Pacifista Genocida Pacifista Donde viven las historias. Descúbrelo ahora