La Trampa

243 20 11
                                    

-¡Vamos, Panpour! ¡Aguanta un poco más! ¡Tenemos que ganar! ¡Usa tu magnífica hidrobomba!-le grité a mi Panpour, que se encontraba muy agotado, y además en desventaja de tipo, mientras luchaba duramente en esa habitación trampa en la que habíamos caído en plena base enemiga. Le debo muchísimo a mi pequeñín.

-¡Renuncia ahora, Nanci! ¡Te doy esa oportunidad! ¿Vas a desaprovecharla?-Me gritó mi oponente desde el otro extremo de la habitación, Acromo.

Acromo. Quién pensaba que era mi amigo, o incluso algo más, quién me daba consejos y me ayudaba para hacerme más fuerte, ahora solo es un enemigo a quien tengo que derrotar.

-¡Nunca, Acromo! ¡No hasta que el Equipo Plasma caiga!- Grité.

Un rato después de intensa batalla, mi pobre Panpour se desmayó en el suelo. Lastimosamente, mi segundo pokémon corrió la misma suerte y fui derrotada por segunda vez. No me lo puedo creer. Esto no puede estar pasando. ¿Cómo pudo volverse Acromo tan fuerte de repente? ¿Incluso nuestras anteriores batallas amistosas fueron falsas...?

Retiré a mi pokémon y luego busqué frenéticamente la siguiente pokéball en mi bolsa. Lo que no sabía, es que Acromo caminaba hacia mí.

No me di cuenta hasta que estaba justo en frente. Alcé la mirada aterrada. Este era el hombre que consiguió abrumarme en un principio con sus propósitos y sus sueños. Fui una idiota, Acromo había traicionado a todos desde un principio, siempre ha sido un terrible mentiroso. Ni si quiera se puede considerar traidor, ya que forma parte del bando contrario todo este tiempo. ¡Solo es un loco más que quiere estar por encima de los demás a costa de los pokémon! Un maldito mentiroso...

Y ahora, el mismo mentiroso me alzaba la barbilla para que lo mire.

-¡Nanci, Nanci!- dijo con aire de condescendencia. 

En un gesto rápido, me agarró el brazo, pero su agarre era suave.

-¡No me toques!- grité alejándome de él.

Ese fue un paso en falso por mi parte. Él trató de agarrarme el brazo de nuevo y yo retrocedía y retrocedía hasta que mi espalda tocó una pared. ¡Mecachis!

-No hay donde correr ahora, Nanci. Ríndete y te prometo que no te entregaré a Ghechis, ahora sabes que no tienes ninguna oportunidad contra mí- me dijo en voz baja tratando de tomar mi mano. 

-¿Porqué debería creerte? ¡Ya me has mentido antes! ¿Que estabas en contra del Equipo Plasma? ¡¡Y una porra!! ¡Sigues a Ghechis como los demás!- Le grité furiosa.

-No hay necesidad de alzar tanto la voz, Nanci. Los demás te oirán y entonces no serás capaz de evitar que te lleven ante el gran Guechis. Y ya no tendrás nada que derrotar, Nanci. Deja que te ayude- Me decía cada vez más cerca de mí.

-Prefiero morir a rendirme ante ti- gruñí. Al decir eso, Acromo apretó los dientes y frunció el ceño, y me fijé aterrada que le había llegado al colmo. 

Se le había agotado la paciencia conmigo. 

Me agarró por las muñecas fuertemente esta vez y las mantuvo muy por encima de mi cabeza, sin preocuparse de si me hacía daño. Ahogué un jadeo de sorpresa y esa sensación de ser tan malditamente vulnerable no me gustó un pelo.

-Creo que deberías aceptar mi oferta, querida Nanci, o pagarás el precio-me susurró, pero con el ceño ahora levemente fruncido, como si se hubiera retomado un control sobre si mismo que estaba a punto de escapársele.

Por el contrario, mi rostro muestra ira. Ira y frustración.

-No voy a aceptar tu oferta, Acromo, ¡si es que ese es tu nombre real!- exclamé desafiante.

Su rostro se suavizó aún más de repente hasta que esa arruga en la frente se disipó y, sonriendo, me dijo:

-Muy bien. Entonces, si no aceptas mi oferta, ¡sufrirás!

-¿Q-Qué quieres decir?-pregunté despavorida. Se acabó, me llevaría hasta su líder y todo terminaría para mí. O quizás me usaba en alguno de sus experimentos, ya no sé qué pensar. Podría ser capaz de todo.

Me cogió por la cintura, acercándome a él. Yo estaba aterrorizada, mi respiración se entrecortó.

-Acro...mo- dije sin poder hablar en condiciones.

Me besó. Justo en los labios. Tuve tanto miedo y, sin embargo, por extraño que pareciera, se sentía tan dulce...

Él acortó las distancias demasiado rápido.

-Volveremos a vernos, Nanci.

Su rostro, con sus ojos ámbar ocultos por el brillo de sus lentes, fue lo último que vi hasta que salió por la puerta metálica que me dejó encerrada antes, descodificándola y dándome así, total libertad para escapar.

__

¡FIN! :3

¡FIN! :3

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
One-shot Pokémon: La TrampaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora