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CAPÍTULO 10

Las mañanas de la familia Cabello son muy agitadas, el primero en levantarse es Alejandro, el padre de Camila, debe levantarse al amanecer porque es Gerente de un restaurante y básicamente trabaja todo el día. Es un trabajo duro pero bien remunerado.

Sinuhe se despierta a la misma hora que su esposo, pero no se levanta de la cama hasta media hora después, ayuda a Sofía, la hermanita menor de Camila, a arreglar su mochila y su ropa extra para las clases de natación por la tarde.

Para esa hora ya Camila está despierta, tiene el celular reproduciendo las canciones mientras está en la ducha, le gusta levantarse así, dependiendo de la música que escucha parece influir en su estado de ánimo al inicio del día.

Cuando está lista baja las escaleras, ayuda a Sofía a terminar su desayuno entre un juego y otro, Sofía representa toda la ternura del mundo para Camila, es una niña buena, sin prejuicios, humilde y capaz de ayudar a las personas de su entorno.

Sinuhe mientras tanto sube a su habitación y se arregla, trabaja en el restaurante junto a su esposo, sólo que en un área diferente, contabilidad. Al bajar las escaleras sus hijas ya están listas y esperando en su auto, deja a sus hijas en sus respectivos colegios y se marcha a su trabajo.

Normalmente las personas del entorno admiran la unión de la familia Cabello, no les falta nada y parece que mantienen una excelente relación. Camila está muy agradecida por eso, sus padres les han dado todo a ella y su hermana, y ella siempre ha sentido la necesidad de complacerlos, hacer que se sientan orgullosos y felices con sus decisiones, aunque eso implique sacrificar su propia felicidad.

El tiempo no perdona.