El inicio de todo

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Ring... Ring. Sonaba con fuerza el teléfono. Me levanté exaltada de la cama, tirando con fuerza todo lo que tenía la mesita donde había dejado mi celular.

-Hola, buenos días- Hablé con voz ronca.

-Buenos días Yoshiko. Soy la profesora Murasakibara. ¿Cómo te va?-

-Profesora. Muy bien ¿Y usted?- Me senté.

-Muy bien linda. Perdona la hora que te estoy llamando. No tengo a quien más recurrir.- Noté su voz nerviosa.

La profesora Murasakibara era especial para mí. La veía como una madre, aunque no habláramos mucho. Siempre que tengo alguna duda con las materias, ella me ayuda amablemente. Desde que inicié la universidad, me ha dado algunas materias. Hablamos después de clases siempre.

-Dígame profesora. Siempre estoy a la orden-

-Veras, debo ir a la conferencia de profesores. Es fuera del país. Pero no puedo llevar a mi hijo. Y todas las opciones que tenía para dejarlo, no pueden ahora con dicha tarea. Así que, con toda la vergüenza del mundo. Tengo que pedirte que cuides de el por esta semana-

-No tiene por qué avergonzarse. Estoy siempre a la orden. Y por supuesto que acepto cuidar a su hijo. Aunque me entero que tiene un hijo-

-Te lo dije Yoshiko, ¿No lo recuerdas?- Cuestionó extrañada.

-Ah! Mil disculpas- Rasqué mi cabeza mientras me dirigía a la sala. -He andado distraída últimamente. ¿Qué edad tiene ya?-

-16 años. Ya es todo un hombre. Es un chico muy tranquilo, pero, bien comelón el niño. Ya le tengo preparado el mercado que debe llevarse-

-Por eso no se preocupe. La alacena está bien llena- Reí.

-Créeme, la gasta en pocos días. Pero allí te lo mando con bastante munición. ¡Y adora los dulces! -Hizo énfasis en esta palabra-

-Entiendo profesora. Lo consentiré- Reí un poco mientras.

-No sé cómo agradecerte este gran favor. Estoy en deuda contigo. Luego encontrare la forma de pagarte-

-Ya le dije que está bien. Usted me ha ayudado bastante, así que, es lo menos que puedo hacer-

-Mil gracias nuevamente Yoshiko. Ahora debo cortar, lo ayudaré a prepararse. Al rato nos vemos-

-Cuídese profesora- Colgué suspirando. -Bueno, preparemos la casa- Caminé hasta la ducha para prepararme. Debía ordenar la casa, y preparar el cuarto de huéspedes.

El día transcurrió tranquilo. Limpié y arreglé la casa. Ya pronto llegaría el huésped. Estaba de vacaciones, y quería disfrutarlas al máximo. No me molestaba que el hijo de la profesora se quedara. Supuse que debido a la crianza, sería un chico tranquilo. Hacía tiempo que no recibía visitas, de alguna forma me sentía algo extraña. Soy una chica huérfana. Me crió mi tío paterno. Vivo lejos de casa debido a la universidad. Esto sería algo interesante, o al menos así pensaba.


Caricias Prohibidas (One Shot)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora