"La belleza es ese misterio hermoso que no descifran ni la psicología ni la retórica."- Jorge Luis Borges.
Ian:
No pude evitar reír al ver el rostro confundido de Valentina antes de finalmente comprender de qué se trataba la idea de Stephen, su "amigo".
Al principio pensé en negarme pero es que últimamente he pensado mucho en esos atormentados ojos hazel, y la idea de pasar unas horas a solas con Valentina me parecía tentadora.
Les tomo como al menos media hora poder convencerla de que estudiara conmigo, la chica era terca y un poco torpe, bueno, no torpe. Más bien distraída.
Quedamos que nos encontraríamos en este mismo lugar porque cuando propuse que estudiáramos en su casa actuó de una manera muy extraña, incluso Natasha que siempre estaba muy relajada se tensó. ¿Qué diablos estaba pasando? Bueno, tampoco es que me interese tanto.
Nos quedamos unos minutos más charlando de estupideces y me di cuenta que Valentina era una chica bastante inteligente. Su voz tan meliflua era algo tan inefable que me dejaba completamente sin palabras. Me encantaba, me extasiaba su voz, era como escuchar poesía susurrada directamente en tus oídos. Utilizaba palabras como "Serendipia" y "Etéreo" y un sinfín de palabras que pensé que nadie más conocía, era un fanático del español y sus hermosas palabras, en mi tiempo libre me dedicaba a perfeccionar mi lengua y buscar nuevas palabras extrañas. Llámame extraño o loco, pero por esto tengo sobresaliente en todas y cada una de mis clases, nunca lo iba a admitir pero era algo de lo que estaba orgulloso.
Mi profesora de español siempre decía que tenía una manera de hablar muy "elocuente". Sí, definitivamente estaba orgulloso de eso.
Podía sentir la mirada de valentina puesta en mí, no había dejado de mirarme desde que llego. Me hacía sentir raro, sin embargo me sentía halagado cuando cada vez que le devolvía la mirada se sonrojaba de tal manera que no podía evitar sonreír.
Mentiría si dijera que me la pasé mal, la verdad es que Stephen es un chico muy agradable y chistoso. Finalmente me levante para irme y Natasha me dio una mirada de complicidad.
Oh mierda...
-Ian, ¿Por qué no llevas a Val a casa? Es que tengo que ir al salón de belleza y Steph me acompañara. ¿Sí?
Hija de su puta madre.
Valentina estaba sonrojada, rodé los ojos y asentí, ella se despidió de sus amigos y camino detrás de mi hasta el auto, me subí al auto sin siquiera esperarla y pude ver como rodaba los ojos, para cuando se subió al auto y se abrocho el cinturón ya sonaba Youth de Troye Sivan por los altavoces.
Observe cómo sonreía secretamente y reí cuando trato de ocultar su sonrisa detrás de su cabello castaño, ella me miro aun con esa sonrisita pequeña y empezó a tararear la canción. Se sonrojo cuando se dio cuenta que la veía.
-¿Me cuentas el chiste? – Le dije mirándola de reojo.
-¿Qué? ¿Chiste?
Rodé los ojos cuando no percibió el sarcasmo.
-Tienes esa sonrisita estúpida en tu rostro, supongo que estar recordando algún chiste
-Oh... En realidad estaba pensando que tienes un excelente gusto musical para ser tan tonto.
-Me halagas Hamilton.
Ella rodó los ojos y luego soltó una pequeña carcajada, sus ojos volvieron a mirarme.
-¿Es lo mejor que tienes? Me decepcionas.
-Por dios, no soportarías uno de mis insultos, Es decir, solo mírate.- Luego de eso le di una mirada de burla.
-No lo puedo entender...-Finalizó.
-Hay cosas que simplemente es mejor no entenderlas Valentina.
Ella rodó los ojos.
-Ahora suenas como mi madre.- Dijo.
-Bueno, o solo es que tu pequeño cerebro no está capacitado para entender cosas muy simples. ¿Qué tal ahora?
Ella frunció el ceño y los labios, y tuve un millón de pensamientos perversos. Por dios ya me estaba volviendo loco.
-No, no termino de comprender porque me tratas tan mal, Es decir, ¿Te he hecho algo malo?
-Sí, existir.
Su boca se abrió y cerró, pero finalmente se quedó en silencio no volvió a hablar más que para darme la dirección de su casa. Y ahí está ese maldito sentimiento de culpa, las malditas ganas de disculparme. Obviamente no me disculpe, pero si me sentía como mierda.
Odiaba esto joder.
-Te dije que no soportarías uno de mis insultos.-Ella levanto su cabeza y dejo de tararear una canción que estaban pasando en la radio.
-Solo te ignore no es que me haya afectado.-Rodó los ojos, Joder me cabreaba cuando hacia eso.
No volví a responderle, en realidad no sabía que responder exactamente. El mixtape seguía sonando mientras manejaba de camino a su casa.
Los pensamientos vagaron en mi mente como los muertos en el inframundo.
Yo no era el popular o el rechazado de la universidad y es que en realidad cuando llegas a la universidad estas categorías no importan tanto, pero yo no era él tipo del que se hablaba entre las mujeres, de hecho era el tipo con el que se acostaban y después callaban era conocido entre los estudiantes pero no tanto, las chicas las cuales se acostaban conmigo la mayoría de las veces era por mi físico pero nunca hacían el intento de conocerme en realidad me asqueaban. Yo era algo así como un ratón de biblioteca o así me denominaba a si mismo, iba a las bibliotecas y me enfrascaba en una historia nueva cada semana, era de ese tipo de chico que se sentaba en su cuarto a pensar sobre cosas con o sin importancia incluso a veces creaba historias en mi cabeza a veces me sentaba en mi escritorio a escribir frases y pequeñas historias.
Cuando era niño y la profesora pedía a todos hacer un cuento yo siempre era el último en terminar pero cuando al fin lo entregaba y la profesora lo leía sabía que lo había hecho bien, los profesores siempre se sorprendían al verme leyendo en el receso y como era de esperar no tenía muchos amigos pero la tenía a ella y con eso era suficiente.
Vuelvo a la realidad cuando valentina me dice donde aparcar y me doy cuenta de que está empezando a llover.
Valentina me mira a los ojos y es como si hubiera leído mis pensamientos, lo saco de mi cabeza, es estúpido.
-¿Qué?-Sigue mirándome como una tonta.
-Nada, es solo que... ¿Estás bien?
-Sí, estoy bien.-Sus ojos se dirigieron al volante y yo los sigo, mis manos apretaban el volante de tal manera que mis nudillos se tornaron blancos, afloje al agarre casi instantáneamente y la mire.-Estoy bien valentina, ¿A qué hora nos vemos?
-Oye en realidad no tienes que hacer esto.-Dijo, su voz sonaba avergonzada.
-Está bien... ¿por qué no esta tarde?
-¿Estás seguro?
-Seguro.
-Entonces ¿A las seis?
-A las seis está bien.
-Adiós.
Valentina ni siquiera esperó a que le respondiera, se puso su capucha y se fue.
Muchas gracias por leer!
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Dark Heart
Teen FictionSinopsis: Sus ojos eran como dos ventanas al mismo infierno, aunque a veces siento que estoy en el cielo cuando veo hacia ellos.