CAPÍTULO 12

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«Marcapasos»


No había otra palabra más que repetir. Nadie en el auto había hablado desde que salieron de la casa de Lauren. Verónica iba en el asiento de copiloto, ella había entendido todo, sabía que las pocas veces que veía a Michael Jauregui eran situaciones importantes en verdad.


Lauren se los había contado todo desde que inició todo, hace más o menos dos años. Taylor tenía una tos frecuente, todos pasaron por alto los demás síntomas por un tiempo, pero empezó a tener problemas para respirar, no tenía apetito, estaba más débil y tenía ocasionalmente dolores en el pecho.


Al llevarla con un médico le hicieron bastantes exámenes descartando otras posibilidades, hasta que después de una semana les dieron la noticia.


Taylor padece de una falla cardíaca conocida medicamente como Miocardiopatía dilatada. Lauren tuvo miedo, no sabía nada del término. Buscaban la causa para poder tratarla mejor, pero al dar fallo en todas las pruebas se llegó a la conclusión que eran causas hereditarias.


Les ahorraré todo el historial médico de Taylor, en el tratamiento figuraban de 6 a 8 pastillas diarias, dietas libres de sal y grasas, controlar la presión y por lo menos 10 horas semanales en el hospital.


Todo funcionó durante un tiempo, existieron varias recaídas y emergencias durante ese tiempo, pero el doctor ya estaba esperando eso, al ser una causa hereditaria esta iba a empeorar con el tiempo y todos debían estar preparados. Taylor no tenía otra opción, tarde o temprano iba a necesitar un trasplante de corazón.


Hace más de un año se decidió que Taylor empezaría a tomar las clases en casa, Clara dejó su empleo y Michael aumentó sus horarios de trabajo. Lauren y Chris pasaban con Taylor siempre que ella estuviera en casa. Varias cosas pasaron y muchas más cambiaron.


El doctor propuso que, mientras esperaban un nuevo corazón compatible con Taylor, le podrían poner un marca pasos, eso mejoraría el ritmo de vida de Taylor, quitaría varios síntomas y reduciría las pastillas.


Taylor aceptó.



«Marcapasos»


Lauren había investigado que era una cirugía delicada pero relativamente sencilla. Los pacientes generalmente estaban en sus casas un día después del procedimiento.


Llegaron al estacionamiento, Lauren amenazó a Chris, él debía llevar su celular todo el tiempo a la mano. Ella le estaría llamando por la tarde y él no podía dejar de informarla.


Verónica y Lauren se dirigieron a sus casilleros. Lauren no hablaba.


Verónica: Hey, tranquila Jauregui, todo saldrá bien. Y estaremos con ella cuando esto termine ¿De acuerdo? – Pasó su mano por encima del hombro de Lauren.

Lauren: Si – Bajó la cabeza.


Lauren no estuvo mentalmente presente en ninguna de las clases, Verónica hacía las bromas de siempre, pelearon un momento por unos asientos con Luis, él le lanzaba miradas a Lauren y llegó la hora del almuerzo.


Verónica: Lauren ¿Te adelantas? Lucy me pidió que copiara las clases pero ni tú ni yo somos buenas en eso. Veré quién me las puede pasar y les sacaré fotocopia.

Lauren: Igual pensaba darme unas vueltas para pensar un poco, ¿nos vemos en la última clase?

Verónica: Si, me apartas asiento ¿vale?


Lauren no pensaba en comer, sólo quería fumar un momento, pensar. Fue a la cancha de fútbol americano, las gradas pasaban solas y el aire era muy fresco. Cerró los ojos y dejó que el humo invadiera sus pulmones.


Camila: ¡Hola!


Lauren alzó la vista, la chica ojos chocolate subía las escaleras y se dirigía hacia ella con una sonrisa. Eso no la alegró, sólo quería estar sola, porque el mundo se empeñaba en deshacer sus planes.


Camila: Tú eres la chica del comedor de ayer ¿cierto? – Camila miró los ojos de Lauren, sintió que le atravesaban el cuerpo.

Lauren: Sí, y tú eres la novia del insoportable que se cree dueño del colegio. ¿Qué quieres?

Camila: Bueno yo... – Se quedó sin palabras, se sentó al lado de ella. – Yo en realidad venía a disculparme por eso.

Lauren: Bueno gracias, ayer no pude dormir por eso. – El sarcasmo se le daba bien, era la manera más elegante de mostrar desprecio.

Camila: Yo sólo fui una idiota...

Lauren: Vaya que sí, el que con lobos anda a aullar aprende.

Camila: Eso es muy inmaduro de tu parte, no sólo por que sea novia de Austin me convierte en una idiota también. – Si se sentía idiota.

Lauren: Da igual, ¿Eso es todo? ¿Ya puedes te vas? – No la quería cerca, se sentía estúpida por haberse fijado en ella ayer.

Camila: No, bueno sí eso era todo, pero te vi aquí sola y pues fumando. – La miró, algo no la dejaba dejar de ver sus ojos.

Lauren: ¿Tienes algún problema?

Camila: No, no me refería a eso. Es sólo que te ves triste.

Lauren: Eso no es de tu incumbencia.

Camila: Bueno, yo sé que no te conozco y que la primera impresión no fue la mejor, pero estas aquí sola y pues podríamos empezar de nuevo. – Jamás había hecho eso, hablarle a una persona sólo porque sí, pero sentía la necesidad de conocer a la ojiverde. – Soy Camila.

Lauren: Si, si, como digas. – Lauren la miró, la sonrisa de Camila la derritió, le estaba ofreciendo la mano. – Soy Lauren.



Las historias reales, tienen inicios reales.



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