Me salvó, tomó mi lugar.
Y ahí estaba ella, aferrándose con sus manos al borde para no caer, luchando para salvar su vida, pidiéndome ayuda como ella me la había brindado a mí. Desesperada por subir a la superficie.
—Elizabeth, nosotros somos muñecos sin alma y sin corazón, lo que hiciste por mi fue —hice una pausa y sonreí—. Humano.
Agarre sus manos y la solté.
Monstruo.
Eso era en lo que me había convertido.
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El sonido de la Luna
General Fiction«Tienes que tomar una decisión: luchar para vivir, o morir en el intento» Dilema de Luna Roussely Desde una temprana edad, su mundo es corrompido y manipulado por "Abyss" un extraño lugar, donde lavarles el cerebro a niños es su cometido. Pero ¿con...