Prologo

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    Me salvó, tomó mi lugar.

    Y ahí estaba ella, aferrándose con sus manos al borde para no caer, luchando para salvar su vida, pidiéndome ayuda como ella me la había brindado a mí. Desesperada por subir a la superficie.
  
    —Elizabeth, nosotros somos muñecos sin alma y sin corazón, lo que hiciste por mi fue —hice una pausa y sonreí—. Humano.
  
    Agarre sus manos y la solté.
   
    Monstruo.
    Eso era en lo que me había convertido.

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⏰ Última actualización: Nov 02, 2017 ⏰

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