Cuando bajé a desayunar a la mañana me encontré a Max y a Sam hablando muy seriamente sobre algo. Pero ni bien me vieron dejaron de hablar y se dedicaron a comer sus cereales.
"¿Qué traman ustedes dos?", les pregunté mientras buscaba los míos.
"Nada, sólo hablábamos sobre cereales, claramente. Y sobre cómo descubrir cual es el mejor", Sam mentía muy mal.
"Claro, y me imagino que llegaron a la conclusión que debían comprar todos los cereales y probarlos, ¿no?".
"Puede ser. Pero también discutíamos el porqué a mi novia le gustan esos insulsos aros de miel", de nuevo la palabra novia. No pude evitar sonreír.
"Tenés que dejar de llamarme así, porque se me va a subir a la cabeza", en ese momento me acordé de la cena y que sus padres creían que verdaderamente lo era.
"No voy a dejar de hacerlo. Porque lo eres, tontita". ¿Acaso me había perdido de algo?
"Claro, y también soy una princesa. Pero tengo que mantener mi verdadera identidad oculta", tengo muy buena memoria, y jamás... no recordaba que hayamos siquiera tocado el tema de noviazgo.
"Ellie, no le prestes atención. ¡Le gustan las zucaritas, por favor! No podés tomar en serio a alguien que le gusten las zucaritas", la lógica de Sam me encantaba. Siempre basaba la mayoría de sus opiniones en relación a la comida. Y por mucho que me costara aceptarlo, siempre tenía razón.
Decidimos no seguir discutiendo y hacer algo productivo. Sam propuso que fuéramos a visitar a Tobi, y que lleváramos algunas películas y cómics, y por supuesto, algo dulce. Algo que hay que vale la pena aclarar, somos de la idea que cuando pasa algo malo, o hay algún problema; comiendo algo dulce se soluciona. Es por eso que había llevado los muffins la última vez.
Tobi estaba maravillado, no podía entender de dónde sacábamos tantos cómics geniales. Llegado el momento le contaría de Matt, pero por el momento debía tener suficientes preocupaciones, y hoy era un día feliz.
Le causaba gracia que mi hermana se llamara Sam. Decía que era como que un gato se llamara pato, nos reímos mucho. Y Sam le dijo que, efectivamente, una vez tuvimos un gato llamado pato."Adoro a tu familia", fue lo que dijo Tobi, riendo a más no poder.
Me hubiera gustado poder detener el tiempo, porque en ese instante, sin importar qué, éramos felices.
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Me tuviste con un "Hola"
Romance"Que quede en claro que sólo hago esto porque mi psicólogo me lo pidió. Si fuera por mí jamás llevaría un diario, demasiado cursi para mi gusto. A ver, por dónde empiezo... Ah sí, esto es inútil". Bienvenidos al diario de Ellie.