Estaba decidida, nada más salir con vida del instituto, iría a la peluquería y me haría algo radical.
-¿Te llevo?
-Dejalo, me iré en bici o cogeré el metro.
-Vamos Mía, ya me he disculpado mil veces contigo por no haber cumplido mi promesa.
-Ya, pero eso no cambia nada.
-Vamos, Mía... Seré tu chófer durante una semana, ¿qué opinas?
-Hum...
-Está bien, dos semanas.
-Hecho.Brandon vino a mi aplastandome contra su pecho mientras me abrazaba cálidamente. Era obvio que le había perdonado incluso antes de ofrecerse a ser mi chófer, pero si podía sacar algo de todo esto, mucho mejor.
Al terminar las dos clases, el señor Roch entró en el aula, era hora de dar matemáticas. Afortunadamente esta vez nada ni nadie iba a salvarme, tenía todos y cada uno de los ejercicios hechos.-Hola Rach, ¿qué tal?
-Fatal. Mi casa terminó hecha un desastre y hasta ayer por la mañana no terminé de limpiarla.
-Vaya... Lo siento.
-Dejalo, no es tu culpa. Lo peor es que el invitado de honor se fue antes de que se acabara.
-Ya...
-Pensaba que iba a tener la posibilidad de hablar con él pero no hubo manera... Es tan guapo...
-Bueno...Sí, definitivamente era extremadamente guapo pero eso era lo de menos. Nick era bastante amable conmigo, algo descarado pero
simpático. Su forma de ser era especial. No era para nada materialista y tampoco le gustaba la monotonía. Algo parecido a mi en ese aspecto.
La clase siguió su curso. Las horas pasaban lentamente y el reloj parecía derretirse en cuanto pasaban los segundos. Nada podía ser más aburrido. Rachel dejó de ser persona a los cinco minutos de empezar la clase y se echó a dormir. Era buena idea sobre todo cuando no has aprovechado el fin de semana para descansar, pero no iba a arriesgarme a perder la poca nota que podía tener en la asignatura por no prestar un mínimo de atención. Miraba a mi alrededor mientras me fijaba en como los demás parecían estar en trance. Me giré instintivamente para mirar a Nick. De nuevo, una bola de papel aterrizó en mi frente haciéndome espabilar. ¿Es que mi frente parecía un aeropuerto?-O lo haces aposta o la puntería la tienes en el tercer ojo.-pareció dudarlo hasta que rompió a reír. Diría que el tiempo que me estuvo mirando, fue el suficiente para entender lo que le quise decir. No podía hacer más escándalo en una clase tan silenciosa como un templo.
-Señor Donovan, ¿es que le hace mucha gracia las ecuaciones?
-Para nada, señor.
-Entonces cuéntenos a todos qué le hace tanta gracia.
-Mi amiga Mía me da gracia.
-¿Ah si? ¿Que les parece quedarse en el pasillo usted y su amiga para que se sigan riendo y dejen de molestarnos?
-Sin problema.
-¡¿Qué?! Señor, ¡yo no he hecho nada!
-Vamos, fuera.Empecé a caminar detrás de Nick como alma en pena. No quería suspender la asignatura y esto me fomentaba lo contrario.
-¿Se puede saber de qué vas?
-Ah que la culpa es mía..
-No, ahora la culpa será mía, no te fastidia.
-Claro que lo es. Empezaste a montar un escándalo cuando solo tenías que haber leído lo que ponía en el papel.
-¿Escandalo? Sólo te dije que tenías la puntería en el tercer ojo.Después de decirle aquello, Nick volvió a reírse con más intensidad aún. Tenía algo que hacía sacarme de quicio pero también tenía algo que me hacía sonreír simultáneamente.
-Por tu culpa suspenderé matemáticas.
-Hum... No lo creo.
-Ag, ¿por qué siempre me incordias?
-Tengo esa cualidad, ¿qué le voy a hacer?Me senté en el suelo dándome por vencida. Nick vestía unos jeans negros y unas Vans. Una camiseta blanca bastante olgada aunque que dejaba sutilmente marcar sus bíceps. Realmente parecían trabajados pero tampoco en exceso. Era lo justo, quizás perfecto. Llevaba el pelo algo revuelto, como recién levantado, pero joder lo atractivo que se veía así. Sus ojos inesperadamente se cruzaron con los míos haciendo que me ruborizase. Aparté la mirada instintivamente.
-Mia.
-¿Qué?- escucharlo pronunciar mi nombre era el placer de los sonidos. Su voz traía consigo algo de sosiego a la vez que contundencia.
-Vámonos.
-¿A donde quieres ir? ¿Es qué estás loco?
-Un poco sí, la verdad. Venga, dame la mano y levanta. Nos vamos.
-Pero Nick...
-Pero nada, Mía. Seguro que nunca te habrás sentido tan bien...
-No se quien está peor, si tu por salir en horario escolar o yo por hacerte caso.
-¿Eso es un sí?Una leve sonrisa bastó para que me levantara del suelo y me subiera a su espalda para salir corriendo.
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Éste Nick... ¿A dónde irán ese par?
James esta bajando puntos... ¿Mia le perdonará? ¿Qué hará él para que ella le perdone?Este capítulo ha sido más cortito que los otros, no os dejéis engañar. La que se va a liar.
Gracias por leer.
-N.
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El diario de Mia
Ficção Adolescente10 de septiembre. ¿Qué harías si volvieses a empezar tu vida en otro país? ¿Qué pasaría si allí estuviese la peor de tus pesadillas alias; Elisabeth ? ¿Y si desmantelaras todos los dramas familiares?¿Qué pasaría si estuvieras al borde de la muerte...