My curse [m-preg]

Epílogo ~ De humanos y dioses

5 años después

-Nosotros llevamos veintisiete años juntos y no se nos había ocurrido -se quejó Stiles.

-Ya.

-¿Ha tenido que antojársele a Roshan para que busquemos información sobre eso?

-Es a ti al que se te ha antojado -repuso Derek, peinando a la pequeña niña pelirroja que jugaba con sus peluches.

-No es que se me haya antojado, no te equivoques -siseó Stiles pasando las hojas-, simplemente me causa curiosidad. Y más desde que sé que Roshan piensa hacerlo por la ceremonia pantera.

-¿Tú quieres hacerlo a la manera de los lobos? -preguntó el moreno sorprendido, dejando de hacerle la trenza a Alila.

-No... ¿tú querrías?

-Yo llevo veintisiete años muriéndome por tus huesos sin tener que casarme, no cambiaría nada que lo hiciera ahora.

-Que Roshan se case antes que nosotros...

-¿Me vas a decir que vivimos en pecado? -bromeó Derek terminando de peinar a la niña, que gritó un "¡gracias!" y se fue escaleras abajo, a ver la televisión.

-No es eso, pero no sé, no se nos había ocurrido -murmuró Stiles con media sonrisa.

-Eso es porque teníamos otros entretenimientos que nos impedían pensar en otra cosa -dijo Derek con una risa, besándolo levemente.

-Supongo que tienes razón. En fin, deberíamos ir preparándonos. Tengo que llevar a mi hijo al altar -farfulló Stiles ilusionado.

Derek sonrió y se fue a buscar los dos trajes de chaqueta que llevarían ambos.

La vida se había tornado a una muy tranquila. Que uno de sus hijos fuera los dos dioses, Etiaiuria como lo llamaba el propio Roshan, y que su otra hija fuera el ave más antigua de su historia, el fénix, no era algo que los dejara intranquilos, o les impidiera dormir.

Los problemas los habían dejado tranquilos, al igual que los seres extraños con ganas de matarlos. No había nadie reclamando venganza, y su hijo pudo empezar a vivir la vida de un chico normal, enamorándose y viviendo una relación mucho más tranquila de la que tuvieron sus padres al inicio.

Seb era un chico tranquilo, bastante listo, algo callado, pero cuando lo conocías no paraba de hablar de las cosas que le interesaban. Amaba leer, pero también le gustaba dar largos paseos por los valles, lejos de la tribu, que desde que fue reconstruida le parecía algo agobiante.

Querían casarse por la ceremonia de las panteras porque la madre de Seb quería que aunque se casara con un lobo, mantuviera la tradición.

Y Roshan, como Derek, aceptaba todo lo que dijera la pantera para no crear una pelea innecesaria.

***

-Llevas años sin ir, Scott -murmuró Isaac-, ¿estás seguro que quieres ir? No creo que Roshan nos diga nada si no vamos.

-Debo volver. Si no vuelvo para algo alegre, no volveré nunca.

Llevaba cinco años echándose la culpa de la muerte de su abuela. Muerte que era más que inminente, pero Scott pensaba que de haberla salvado, hubiera sobrevivido un año o dos más. Por más que el humano lo intentaba, no conseguía sacarlo del pozo en el que su mente lo había metido, y ya sólo guardaba la esperanza de que se diera cuenta que quizás su pena por la muerte de Carmen durara muchos más años de los que Isaac estuviera con vida.