El director, un hombre serio, seguro de si mismo, frío como el hielo, su cara, sin sentimientos, su nariz grande y su ojos negros, muy oscuros, casi sin vida. El director nos llevó rápidamente a su gran oficina, llena de libros, cuadros y esculturas. Detrás de su escritorio, un gran ventanal que daba al patio central de la universidad, donde tenía una vista panorámica sobre todo lo que pasaba. Cuando entramos, el director me obligó a sentarme en una silla de madera, un poco inestable, incomoda, dura, y al otro tipo, el que intentó golpearme desde un principio, rubio, pelo corto estilo militar, y con una cicatriz pequeña en la frente justo arriba del ojo derecho, lo dejó estar en pie, ya que no quedaban más lugares para sentarse. Yo, ya harto de esperar a que el director decidiese dejar de escribir y empezar a hablar, miro a ese tipo, logró ver que es su campera, en la zona del pecho, decía su nombre, empezaba con la letra T pero debido a que estaba cruzado de brazos no lograba distinguir bien el resto del nombre. Él me mirá, con cierto odio y desagrado. En un momento cruzamos miradas, yo intentaba no hacer ningún gesto que le pareciera ofensivo ya que no tenía ganas de volver a pelear y menos en la oficina del director. El director deja a un lado su lapicera negra con líneas doradas, y nos mira a ambos, serio, con cierta ira, lo mira al tipo rubio, luego me mira a mi, toma aire y me dice "buenos días señor Álvarez, mi nombre es David, veo que no hemos comenzado correctamente este primer día, por favor cuénteme, qué es lo que sucedió? Por qué golpeó al señor Tomás Aguilar?". Tomás Aguilar, ese era el nombre de ese desgraciado, idiota. Tomo un respiro, mirando hacia otro lado y digo "primero que todo buenos días director David, con mucho gusto le cuento que es lo que sucedió..."
Y empiezo a hablar, cada pocos minutos Tomás me interrumpía diciendo "es mentira, es mentira, esta mintiendo" cuando en realidad estaba diciendo absolutamente la verdad. Cuando termino de hablar el director, me dice "muy bien Álvarez, mire, vamos a hacer lo siguiente, yo no puedo suspenderlo, siendo hoy su primer dia en esta institución, y como buena persona que soy le perdonaré, ahora estrechense las manos y solucionemos este tema aca, les aviso que si esta situación se repite serán suspendidos ambos, esta bien?", yo con mis mejores intenciones le tendí la mano a Tomás, pero él me golpeó la mano y me dijo "no voy a estrechar tu mano", el director lo interrumpió rápidamente gritando "AGUILAR, POR FAVOR, COMPORTESE Y ESTRECHE SU MANO!", Tomas, hizo un gran resoplido y me estrechó la mano. Luego nos retiramos de la oficina y nos separamos, sin decir ninguna palabra, sin tener ningún contacto visual, solo... nos separamos.
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La Bestia Desconocida
HorrorUna historia con mezcla de terror, romance, locuras. En resumen increíble