Es algo corta pero lo vale.
En 1° de secundaria (7° grado) estaba en mi clase de Danza. Todo iba normal, practicábamos unos pasos todos. Al cabo de un rato de practicar, el maestro dijo que pasaran las mujeres a un "examen" como el decía. Los hombres nos sentábamos atrás de ellas mientras algunas se quitaban sus zapatos para bailar. Esa parte era de mi especial agrado, podía a veces echar un ojo a sus calcetas que se ensuciaban de abajo.
Cuando sucedió, yo me senté atrás en el piso (como todos) con un amigo a platicar. Estábamos platicando hasta que se termino el primer lapso de su "examen". Fue cuando una chava, llamada "Liliana" se acercó a nosotros descalza (con la calceta larga escolar sucia), levantó un pie y lo puso cerca de la cara diciendo "huélanlo, huele rico ¿verdad?".