En momentos de impulso salen las palabras, esas palabras que desearías no haber pronunciado, palabras que pueden derramar lagrimas, que pueden lastimar, quebrantar, matar.
En esos esos momentos que predomina el orgullo, la ira y la colera son en los que salen los mas primitivos impulsos que dañan a esas personas que mas te quieren y cuando te acuerdas el dano ya esta hecho.
Pero el gran desafío es como secar esas lagrimas, en como cerrar esa herrida, en como pegar los pedazos destrozados, en como revivir algo que ya esta sepultado, atado, algo que ya está muerto.
En ese momento en el que ni el acto mas puro de compaion puede borrar lo que ya esta hecho, en que las promesas de perdon no borran de la mente aquellas palabras que salieron de aquella boc que no supo callar.
Por RLAZ