Me sorprendió bastante cuando me enteré de lo de Ron y Hermione, claro que yo había oído a Ron comentárselo a Fred antes de morir. Aún lo extraño, mucho. Harry y yo estábamos muy felices pero, como es lógico, ya era hora de contárselo a todos. Nos reunimos en la antigua casa de Sirius. El retrato de su fallecida madre se puso a gritar. Estaban todos allí, mi madre estaba haciendo un puré de patatas y el resto estaban sentados en el sofá. Bill y Charlie estaban ayudándole a poner la mesa y George, mi padre, Ron y Harry estaban hablando animadamente,Hermione miraba al suelo, parecía estar pensando en musarañas, en ese momento una lechuza entro por la ventana con el profeta en la pata. Hermione le metió un knut en la bolsita de cuero que llevaba atada en la otra pata y se puso a leer.
-¿Algo interesante?-le dije -Pues lo de siempre ginny- me contesto
No se por qué pero me sentía algo incómoda, seguramente sería por los nervios.
-¡A comer!- gritó mi madre animadamente mientras la comida aparecía en la mesa.
Todos nos sentamos. -Chicos,-empecé a decir- Harry y yo os tenemos que decir una cosa muy importante.