Sweetheart...? (Flowerfell)

Prologo

–Gracias...–Fue lo único que respondió aquella castaña observando a aquel esqueleto delante suya. Le dedico una leve sonrisa y continuó su camino.

–¡Hey! —Grito aquel esqueleto causando que la chica detuviera el paso, volteo a verlo y comenzó a retroceder algo asustada. –¡¿Cuál es el trato,eh?! ¡¿Acaso crees que todos serán muy amables contigo aquí?! ¡¿Qué puedes ser bueno con todos?! .—El río y levanto a aquella pequeña chica rápidamente golpeándola varias veces contra el suelo. –¡Que equivocada estas chica! .—Varios golpes obtuvo aquella muchacha por parte de él, varios huesos le habían causado algunos moretones y ni decir de los gaster blaster que le habían llegado. –¡¿Acaso estás tratando de que todos piensen ser buenos?! Y en el último momento matarnos?!!

–¡Ayuda! –Fue lo único que murmuró la chica dando patadas en el aire.

–Déjame decirte niña, no va a funcionar intentar hacer que todos se vuelvan buenos y menos yo! Ademas, hay otra forma que al parecer nadie te ha dicho? En este mundo...¡es matar o morir!

(...)

–Gracias... –Murmuró nuevamente la chica, el solo permaneció en silencio observando como llevaba una nueva flor en su rostro angelical después de morir reiteradas veces (La mayoría por su culpa) y verla como ella caminaba hacia la dirección que este le había dado.

–¡Hey! ¡Espera déjame acompañarte! –Grito el esqueleto dirigiéndose donde la chica, esta detuvo el paso y sonrío observándolo. –Solo...Te acompañaré...Solo eso...

Ambos continuaron su camino juntos.
Sans observaba como la chica temblaba por el frío que se encontraba en Snowdin e incluso incontables veces debió de protegerla por distintos monstruos que querían atacarla y lo más grave que hubiera pasado sería encontrar a su Hermano Papyrus o varios de sus amienemigos cerca y que juntos tratarán de asesinarla.

Aunque debía admitirlo...
Matar incontables veces a la chica ya le estaba causando culpa de ello.

Solo el soltó un ligero suspiro y procedió a quitarse su abrigo negro quedando solo en un suéter rojo. Desviando la mirada le entregó aquel abrigo a la muchacha para que lograra entrar en calor, esta sonrío y procedió a decir gracias.

–Solo...no quiero que te pase algo... –Respondió él en defensa. –Así que...Todo bien,

Sweetheart...?