Capitulo 1: ¡Abrazo desde la lejanía!

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El claro del bosque está tranquilo, en él se encontraban un chico y una chica, parecían asustados. La chica era alta, con una gran melena rizada pelirroja, iba acompaña de un chico también alto, un poco más que ella, con un bonito pelo color rubio platino. Ambos chicos iban a paso ligero echando una mirada a cada crujido que una pequeña ardilla causaba o a cada vez que un pequeño pájaro piaba. La chica pelirroja se da la vuelta y abraza al chico rubio, para después besarle.

-¡Freya, despierta! -Abro un ojo lentamente acordándome de ese sueño tan raro que he tenido mientras mi madre sube la persiana de mi habitación. Me desperezo mientras me froto un ojo ya que me molesta la luz del sol. La miro con rabia, y me devuelve la mirada poniendo una leve mueca. Al verla cambio rápido el ceño fruncido por una tonta sonrisa y cierro levemente los ojos.

-¿E-Eh, qué pasa, por que me despiertas tan temprano? -Pregunto algo molesta. Mi pelo, rojo como el rubí estaba enredado como si de hilo se tratase. Me dispongo a ir al baño cuando mi madre sale de mi habitación con una mirada malévola, seguro que se está riendo de mi. Entro al baño y me miro al espejo. Doy un respingo, pensando que un gran monstruo rojo venía a matarme. Miro mejor y me doy cuenta de que soy yo misma. Suspiro. Miro en el cajón de la ropa si hay algo cómodo y decente para ponerme. Encuentro una camisa de seda color blanca y una falda color caqui. Me ducho rápidamente y me visto. Cojo el secador que está guardado en uno de los cajones del mueble y me seco el pelo. Para decorarlo me pongo unas bonitas horquillas de margaritas. Me pongo la ropa y me calzo unas sandalias decoradas con flores que escalan por el tobillo. Me echo perfume de olor a lavanda, ando hasta a mi habitación mientras me paso los dedos entre el pelo ,es algo que me relaja. Abro la puerta de mi habitación y me dirijo a la mesilla de noche donde está mi móvil cargando. Cojo un pequeño bolso rosa y meto ahí el móvil junto con el cargador. Salgo de la habitación y bajo corriendo a la cocina ya que mi madre se estaba poniendo muy nerviosa por que estaba tardando demasiado en bajar a desayunar ¿Que pasaría para que todos estuvieran tan nerviosos? Entro a la cocina y veo muchas maletas en el suelo. -¿Os vais de viaje a algún sitio? -Pregunto confundida. Mi padre mira a mi madre con cara de desaprobación , y mi madre me mira con una sonrisa.

-Hija, ¿No te acordabas que hoy nos mudábamos a Estados Unidos? -Al oírle decir eso a mi padre me da un vuelco al corazón y me siento en una de las sillas de la cocina. Me pongo la mano en el pecho ya que siempre tenía que mostrar lo dramática que era. ¡No me acordaba de que era hoy! -¡No puede ser! Esto debería de ser ilegal, alejar a una chica de su ciudad y sus amigos, no es justo. Veo que mi maleta de color marrón está junto a las de mis padres. Me acerco a ella y la abro fijándome en que no hay mucha ropa. -¿Por qué no habéis metido toda mi ropa? -Replico a mis padres, extrañada.

-Hemos dejado lo que menos pensamos que te iba a gustar, vamos a volver en verano a pasar algunas semanas. -Me comenta mi padre mientras da un grande trago a su taza de café. Parece que no puede vivir sin el café. Al terminar, lo lava y lo deja en el mueble de las tazas. -Bueno Rowena, Freya, vayámonos ya o perderemos el vuelo. -Nos mete prisa, y coge las maletas saliendo de casa hacia el coche. Colocamos las maletas en el maletero y nos montamos en el coche. Mi padre conecta la radio, ya que estamos muy acostumbrados a viajar con ella puesta, y comienza el viaje hacia el aeropuerto. Conecto mis cascos al móvil y pongo a mi grupo favorito y miro como mi vida va quedando cada vez mas atrás y lejana. Me encantaría poder darle un gran abrazo desde la lejanía a Brooke, mi mejor amiga.

Llegamos al aeropuerto, y aparcamos en el parking de la terminal de donde saldrá el vuelo que nos llevará hacia una nueva vida. Me siento algo asustada, ya que no sé que me esperará allí. Mi madre me mira y me muestra una sonrisa tranquilizadora mientras me coge de la mano y me acaricia la mano con su pulgar. Esperamos a que llamen para embarcar el avión en una cafetería. En una de las pantallas veo que ya han abierto las puertas del viaje 444, el nuestro, y meto prisa a mis padres. -Mamá, Papá han abierto las puertas del avión, tendremos que darnos prisa, venga. -Salimos corriendo con las maletas y llegamos a la puerta de embarque. -¡Papá, los billetes, rápido. -Mi padre saca nuestros billetes y se los entrega a la azafata. Dejamos nuestras maletas en la cinta transportadora y nos metemos en el avión. Me siento en el asiento que tengo asignado y miro por la ventanilla. Esperamos a que comprueben que el avión está en perfectas condiciones. Oigo que el piloto nos desea buen viaje y siento que el avión empieza a moverse. Me agarro a los brazos del asiento y miro por la ventana. Despegamos y pego un pequeño grito viendo como nos separamos de la tierra, me siento aterrada. -Oh dios, no. No sobreviviríamos si caemos desde esta altura. -Le susurro a mi madre, asustada tirándola de la manga de su camiseta. Mi madre mira por la ventana y palidece. -¿Da miedo, eh? -Me intento poner cómoda y termino durmiéndome ya que esa noche no dormí muy bien.

The name of love.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora