Capítulo 1: Mi sentencia

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Desde los principios de mi vida aquí en Equestria, sé que desde luego este lugar mágico y lleno de colores esconde cosas horripilantes.


Me gusta tener tiempo para mí mismo, aunque tengo que admitir que el silencio es insoportable, vivir por mi cuenta es algo que me tiene loco desde hace unos meses, no tolero más estar entre la oscuridad en donde solo una vela ilumina mi hogar solitario. El lado bueno es que el silencio es demasiado amable conmigo y me permite tener inspiración, me encanta cuando eso pasa.

Soy un poni común y corriente. Me encanta leer, pero sin duda alguna puedo decir que escribir es de verdad con quien contraje matrimonio, porque es sin duda lo que más me gusta hacer con todo el corazón, he sido víctima tanto como de las malas críticas así como el odio de muchos ponis en donde han llegado mis escritos. Solo fracase una vez, pero eso me fue suficiente para dejarlo todo atrás y mudarme al pequeño pueblo de Ponyville. Este lugar es demasiado tranquilo, excepto por un par de veces en las que ocurren sucesos demasiado extraños, pero un grupo siempre lo solucionan así que no tengo nada de qué preocuparme, jamás entrare en pánico por cosas que no son de mi importancia. Ya después de no tener absolutamente nada en esta vida, supongo que desde esos momentos me he resignado a vivir, aunque todavía sigo escribiendo, pero no tengo ninguna intención de que me publiquen, es como si solo por este medio sacara todo lo que tengo oprimido en mi pecho, es dolor y angustia todo lo que me rodea.

He salido un par de veces, lamentablemente los ponis siempre están ocupados cuando se tratan de mí, siempre hay una ventana que limpiar, una carreta que arreglar, un árbol de manzanas que sacudir. Me siento solo y no tengo el valor suficiente para poder expresarme como es debido, lo mejor será solo pensar que ya no tengo esperanza.

Escuche que alguien tocaba a mi puerta. –Justo a tiempo-. Hable mientras me levantaba a de mi sofá, yo solo leía el periódico local del pueblo pero era el de ayer.

Abrí la puerta para atender al que está del otro lado, no me sorprendí por nada del mundo cuando vi al pequeño pony extranjero fuera de mi casa –Hola Pipsqueak-. Dije sin más, viendo como tenía una pequeña alforja colgando a su lado llena de periódicos.

-¡Buenos días señor Reynolds!-. Saluda el pequeño, siempre tan lleno de energía, a veces me pregunto cómo logra este poni ser tan feliz, debe ser porque se trata de un niño pequeño que no tienen ni la más mínima idea de lo que es vivir en el mundo real lleno de decepciones. –Le traje su periódico de hoy, con este ya son 23 repartidos con éxito-.

-Que bien, te felicito niño-. Dije sarcástico, tome dos monedas de un mueble al lado de la puerta, se las di y el al mismo tiempo me entrega el periódico de hoy.

-Gracias, tenga buen día señor Reyno....-. Le cerré la puerta en la cara antes de que pudiera terminar su despedida, es mejor así, no quiero que el chico se eche a perder si me quedo cerca de él. Ese pequeño debe aprender un par de cosas del mundo real, no debe esperar que la vida sea ese fantástico arcoíris que te enseña Cheerilee. Siempre he crecido que las escuelas de hoy en día te llenan la cabeza de basura. Además no le pago al chico para ser su amigo, solo lo hago para tener a alguien que pueda traerme mi periódico.


Comencé a leer. La única luz en mi casa eran las de las velas, desprecio un poco el sol. Era demasiado entendible, mencionando que me encanta el olor de periódico nuevo por el mañana, recién salido de la imprenta. Espero que algún día se invente algo que nos permita saber las noticias sin la necesidad de esperar...como un..."Noticiero". Ideas absurdas, ya lo sé.

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⏰ Última actualización: Aug 20, 2016 ⏰

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El viaje del Silencio (FanFiction Mlp)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora