Mar de arena [En pausa]

Capítulo 29

Al cabo de un rato Julián vuelve. Yo ya estoy acostada en mi cama, él se acerca y me explica que era un amigo suyo. Ese guardia le ha dado las claves, para así poder salir cuando todos estén dormidos, escaparnos de esta habitación he ir a hablar a un lugar más tranquilo. Saber que por fin Julián responderá a mis preguntas me alivia. Dice que puedo dormir un poco, que él me despertará a la madrugada para escabullirnos, hablar en un lugar seguro y volver a tiempo para estar con todos cuando sea la hora de desayunar.

No entiendo muy bien porque Dylan no quiere que hable con Julián. No logro comprender que les ocurre. Sus miradas de odio. Julián no me ha mentido, me ha dicho quién es su padre y cuál es su castigo sin tener que preguntárselo, al contrario, Dylan se ha hecho de rogar hasta para decirme algo tan simple como el nombre. Vale, quizás no me ha mentido porque soy de esas personas que creen que ocultar información y mentir no es lo mismo, no creo que se pueda mentir por omisión, pero aun así no puedo evitar sentirme molesta por ello. Al minuto parece que es capaz de confiarme su vida y al siguiente no es capaz ni de decirme la hora. Recuerdo que aún debo leer mi libreta o diario o lo que narices que sea el cuaderno de tapas azules. La verdad no sé si me gustará lo que encuentre en él, pero debo hacerlo, no por Dylan o por mí, sino por mi hermana. Le debo saber más sobre ella, sobre sus gustos o porque no le gusta que le llame pequeña, porque adora tanto el chocolate o así a ella también le gustan las historias sobre las estrellas, cuando es su cumpleaños o si tiene cosquillas...

Al cabo de un rato siento la mano de Julián sobre mi hombro, me incorporo para preguntarle que quiere, pero antes poso mi mirada en el reloj, son las tres de la mañana. Pensaba que solo habían pasado unos minutos pero han pasado horas desde que me tumbé y no he dormido nada. Debo aprender a tener noción del tiempo, sigo exhausta no logro descansar. Ahora voy a pasar, o eso espero, varias horas hablando con Julián y no dormiré. No creo que eso sea buena idea, debo entrenar con los guardias y estar cansada puede pasarme factura, al fin y al cabo seré más lenta, y la rapidez y que soy más pequeña que ellos son mis ventajas, las suyas la fuerza, menos mal que quien me enseñó a pelear me enseñó también a usar las ventajas de mi contrincante a mi favor, así como mis propias desventajas. A la hora de pelear los hombres son más delicados con las mujeres, error fatal, jamás debes subestimar a tu adversario.

− ¿Naira? – dice Julián.

− Lo siento, volví a perderme en mis ensoñaciones – le digo. Él sonríe comprensivo y desactiva la puerta.

Voy tras él, siguiéndole. Los pasillos me suenan pero no sé a dónde nos llevan y la verdad tampoco me importa demasiado siempre y cuando podamos charlar tranquilamente, que es justamente lo que vamos a hacer. Llegamos a una puerta de cristal, esta polarizada, no sé ve lo que hay tras ella pero quien esté al otro lado nos estará observando. Julián introduce el código. Abre la puerta y me deja pasar como el caballero que es cuando estoy delante. Estamos en el patio de las estrellas. No creo que realmente se llamé así, pero me gusta ese nombre, le pega, otro nombre que le podría poner es el patio del sauce llorón. Me gusta este pequeño lugar no solo por el árbol o las estrellas sino también por los recuerdos sobre mí y mi familia que tuve la primera vez que vine. No creo que hoy tenga esa clase de recuerdos pero espero encontrar los de mi estancia aquí a través de las palabras de Julián.

<><><><>

Hola! Casi un mes en actualizar, he estado ocupada, pero aquí tenéis el capítulo. Espero que os gustase.

Instagram: milesdelibros

Correo: milesdelibros@hotmail.com

Blog: https://1000librosblog.blogspot.com.es/