La zorra y el borracho

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Camino por una calle cualquiera, mi mirada fija en mis zapatos, debe ser medio día y el calor no da tregua a mis axilas, llevo perdido un tiempo, no se donde voy, no tengo rumbo fijo pero he de hacer un alto en el camino, entro en el primer bar que encuentro, sin ventanas, oscuro y sucio, todos los ingredientes para un tipo como yo, los clientes dejan sus consumiciones en la barra de manera intermitente y salen a un pequeño patio a fumar, encuentro un hueco al fondo del bar, me apoyo en aquella pegajosa barra y llamo la atención del camarero.-¿Qué quieres? compañero-Compañía-Es usted muy gracioso, ¿busca problemas?-Puede, pero primero sirvame un whisky con agua, haz algo de caja, luego lamentaras menos que haya entrado por la puerta.El camarero era un tipo flacucho y chepudo, tenía el mentón pronunciado a juego con su nariz y unas orejas extrañamente afiladas, sus cejas eran las de un búho y la alopecia empezaba a hacer mella en su coronilla, me sirvió un trago y volvió a sus que haceres.Ya llevaba un par de copas encima cuando el garito se empezó animar, me encanta observar a la gente fijamente, sus ridículas caras, llenas de presunción y autocomplacencia, no se cuanto tiempo llevaba en el local, diez minutos, horas quizás, quien sabe, nunca conseguí casar mi muñeca con el reloj adecuado.-Y tú ¿de que vas?Increpó una recién llegada que se abrió paso hacia mi posición-Me gusta pensar que soy igual de cretino de lo que aparento ser.-Tranquilo estas a un suspiro de conseguirlo, me llamo Peny.-Bonito nombre para un bonito trasero.-Todavía no se tu nombre y ya has perdido los modales.-Soy un tipo práctico, me llamo Smith.-Muy bien Smith, a que esperas para invitarme a una copa.Aquel nomo disfrazado de camarero nos puso un par de rondas, mientras mi conversación menguaba en ingenio a cada trago, no podía dejar de mirar sus piernas, eran demasiado blancas, demasiado delgadas... demasiado largas para pasar desapercibidas, Peny era lo suficientemente irónica para retenerme anclado en aquel tugurio y lo suficientemente sexy como para provocarle una erección a mi ebrio rabo,-Peny por que no me cuentas tu historia-Por que te verías obligado a fingir interés y yo a contártela, y los dos sabemos como acaba la nuestra-Y como acaba-Con un mal polvo en el hotel de enfrente y miradas de arrepentimiento por la mañana,-Brindo por elloEl famoso hotel de al lado, resulto ser un lujo demasiado caro para mi cartera, y esta demasiado poco viril para mi nueva amiga, solo y borracho, alcé mi mirada hacia la esquina de la calle y un cartel rezaba "Calle Desengaño"

Calle DesengañoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora