Una Noche Difícil

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Por otra parte el sirviente y la pequeña Draculina se encontraban en la habitación de la joven tratando de sacar conclusiones acerca de lo que deberían hacer puesto que ni Eron sabía cómo hacer que esas heridas sanaran.

-A lo mejor si bebes sangre las heridas sanen más rápido- colocó una cuantas bolsas de sangre médica en la mesa.

-Déjame descansar por favor, tengo sueño- comentó eso acompañándolo con un bostezo mientras se acomodaba en su cama.

-Pero tus heridas... - Eron se encontraba más preocupado por sus heridas que la propia Draculina sin embargo se rindió y la dejó descansar.

No pasó mucho tiempo para que el Vampiro mayor apareciera en la habitación de la pequeña anunciando su entrada como era de costumbre; Una mancha negra que aparecía en las paredes y que de ellas salía un apuesto joven. Alucard comentó la orden que tenía para el sirviente de parte de su Ama de la cual Eron no podía negarse ni una sola vez así que le dio un pequeño beso en la frente a la su Vampirita para después marcharse a la oficina de la dama de hierro, aquel príncipe por otra parte se encontraba mirando las heridas de la chica que irremediablemente seguían sangrando; sabía que estaba débil y a su cuerpo le costaría trabajo regenerar aquella piel faltante comprendía el cómo estaba actuando la pequeña sin embargo se dispuso a levantarla y hacerla beber un poco de sangre para que esta sanará más pronto.

-Chica policía... Levántate - lo comentó casi como una orden pero la pequeña ni siquiera le hacía caso lo cual le extrañó.

La pequeña Draculina sólo lo miró por unos segundos a aquella sombra parada frente a ella, a pesar de ser un Vampiro "fuerte" le estaba constando demasiado mantenerse despierta, se sentía agotada débil y simplemente cada herida ardía más y más al pasar los minutos.

-Aún tu cuerpo no es lo suficientemente fuerte para sanar rápidamente una herida de la aguja de Helena, pero con el tiempo lo será... Deberías tomar sangre ya que ahora más que nunca la necesitas - le acercó una de las bolsas de sangre médica esperando que esta le tome, la miraba con cierto dejo compasivo y comprensivo puesto que trataba de comprender por un momento en el que estaba pasando.

Victoria hizo lo posible por quedarse sentada en su cama ya que el ardor realmente estaba ganando pero jamás desobedecía una orden de su maestro, tomó la bolsa de sangre que su maestro le ofrecía y la bebió con tal hambre que hasta su maestro se sorprendió. Una joven de dorados cabellos entró a la habitación de la chica junto a su sirviente que traía unas cuantas cosas que dejaron en la mesa de la habitación de la chica.

-Les pido que salgan de la habitación de Seras puesto que se va a cambiar y no quiero que ustedes la vean, así que Alucard a tus aposentos y tu Eron hazle compañía que si los necesito les hablaré - comentó en un tono molesto puesto que sabía la gravedad del asunto no podía dejar que un par de hombres la vieran desnuda.

Ambos jóvenes obedecieron y salieron de los aposentos de la chica pero aquella malicia se notaba a millas, Alucard mostró una mirada traviesa en cuanto su Ama mencionó que la Draculina cambiaría de ropas sin embargo tuvo que aguantarse cualquier maldad que se le pudiera escapar ya que sabía que Sir Integra lo reprendería de una forma ejemplar. Entraron tres criadas a la habitación de la chica mientras que ambos jóvenes seguían en el pasillo, fue cuando una de las criadas los llevó a la habitación del vampiro mayor como si les dijera que se quedarán ahí lo que ellos tomaron como un regaño.

Entre una de las criadas e Integra levantaron a Victoria a la par que una de ellas preparaba la bañera para limpiar la sangre de la Draculina, la tercera criada cambió las ropas de cama manchadas de sangre colocándolas en una cesta a la par que sacaba una pijama limpia para la chica, cuando llegaron a la tina la sentaron delicadamente en el borde de esta para ayudarle a quitarse la ropa y poderse bañar.

MIS DEMONIOS (AxS) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora