Capítulo 20: Partidas

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Habían pasado ya más de veinte días desde su coronación. Su embarazo corría ya por la segunda luna. Renly seguía respondiendo a sus cartas con evasivas, diciendo que sólo movería a sus huestes cuando hablase con ella en persona. Los grandes señores comenzaban a impacientarse acerca del apoyo Baratheon. Parecía que Renly, gracias a quien había sido proclamada Reina en el Norte junto a Robb, se echaba atrás.

Egan Darel, padre de Harrion, había sido ejecutado por Joffrey Lannister por su traición a la casa, por lo que Harrion fue nombrado lord y señor de la casa Darel, a la que fueron entregadas tierras en el norte y los Gemelos a cambio de la pérdida del Monte Darel. También había sido nombrado lord Comandante de la Guardia del Norte, conformada por Maege y Dacey Mormont, lord Richard Karstark, lord Roose Bolton, ser Edmure Tully y lord Jon Umber. El cargo de Mano del Rey había sido ofrecido a ser Brynden Tully, quien había dicho que debía pensarlo y, largo tiempo después, seguía pensándolo.

Después de días de insistencia por parte de Catelyn, Robb había accedido a llevar emisarios a Desembarco del Rey con un rescate para Arya y Sansa. De modo que se encontraban de nuevo en el Gran Salón de Aguasdulces, reunidos frente a las cuatro mesas que ya no desmontaban, cuando Cleos Frey fue traído por unos cuantos guardias norteños.

—¡Arrodíllate ante el rey, Lannister! —le gritó Theon Greyjoy.

Ser Robin obligó al prisionero a ponerse de rodillas. Cleos Frey era tío de Lyra pero jamás se habían conocido. Carecía de la belleza y los rizos rubios de los Lannister y lucía en el rostro el apellido Frey: el cabello que le cubría la cabeza era escaso y tenía el rostro enjuto y nervioso.

—En pie, ser Cleos —le ordenó Lyra con la voz neutra que había aprendido a usar en aquellos encuentros políticos.

Los ojos acuosos y huidizos de su tío, pariente lejano, se posaron durante unos segundos en su vientre, que ya asomaba desafiante bajo las capas de ropa. Lyra llevó allí una mano, interponiéndose entre su futuro hijo y aquella mirada nerviosa, y Viento Gris gruñó junto a ella haciendo estremecer al hombre. Frey se puso en pie a toda prisa, casi tropezando con sus propios tobillos, e hizo una reverencia hacia el trono donde se sentaba Robb. Habían preparado un pequeño trono para Lyra, pues nadie le permitía estar de pie en su "estado".

—Gracias, mi señora —musitó con voz gangosa.

—Alteza —lo corrió Jon Umber en un rugido. El hombre, además de ser el que los había proclamado reyes, era también su más leal vasallo, siempre dispuesto a protegerlos y vociferar por ellos.

—Gracias, Alteza —se apresuró Cleos a corregirse.

—Te he sacado de tu celda para que lleves un mensaje a tu prima Cersei Lannister, en Desembarco del Rey. Viajarás amparado bajo un estandarte de paz, y treinta de mis mejores hombres te darán escolta.

—Será un honor para mí llevar a la reina el mensaje de vuestra Alteza —el alivio de ser Cleos fue casi palpable en su voz.

—Que quede claro que no te dejamos libre —siguió Robb—. Tu abuelo, lord Walder, sigue siendo nuestro prisionero. Muchos de tus primos y tíos nos juraron lealtad y lucharon con nosotros pero tú decidiste ampararte bajo el león. Eso te hace nuestro enemigo. Quiero que jures por tu honor de caballero que, tras entregar el mensaje, volverás con la respuesta de la reina y seguirás siendo nuestro cautivo.

—Lo juro —respondió Cleos con celeridad.

—Todos los presentes de han oído —le advirtió ser Edmure, quien había acudido en representación de lord Hoster—. Si no regresas, el reino entero sabrá que eres un perjuro.

The Lionhearted Deer | Juego de TronosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora