13. La Celda

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      -¿Os han visto los periodistas? -preguntó el director Bonitatio mientras bajaba las escaleras hacia las mazmorras de Bónum Dómum.

      -Si, pero hemos conseguido pasar sin decir una palabra... -contestó Adler siguiendo el ritmo del director- ¿Falta mucho para llegar abajo?

       -Menos de un minuto de bajada. Ya casi estamos...

       Bonitatio iba en cabeza con una llama de luz brillando en su mano, seguido por Adler y este a su vez por su tío Frank. Bajaron por las oscuras y frías escaleras hasta llegar a una zona en el túnel en el que se podía ver un gran agujero rectangular formado en la pared.

-La celda está aquí dentro... El hombre-lobo tuvo que haber roto la puerta... -dijo Bonitatio entrando dentro del hueco rectangular.

Adler entró dentro y se giró para ver que su tío Frank se había quedado fuera.

-No quiero ver la celda, Adler. Te espero aquí...

El chico asintió y entro dentro del hueco rectangular para aparecer en una galería subterránea oscura como la noche. Solo la luz de Bonitatio brillaba dentro.

-A pesar del espectro que cree a mi semejanza, Sapientem y Cannien pudieron pasar hasta la celda... -dijo Bonitatio señalando unos barrotes que había en el fondo de la galería.

-¿Un espectro? -preguntó Adler con curiosidad.

-Si, un ser que se asemeja a la persona que lo creó. Un espectro es totalmente inofensivo, pero puede llegar a asustar...

-¿Por eso puso aquí un espectro? ¿Para asustar a Sapientem y a su hombre-lobo?

Bonitatio no dijo nada. Se acercó a los barrotes destrozados que creaban la celda y entró en su espacioso interior.

-Los dos Magos Negros destruyeron los barrotes utilizando una gran bola de fuego... -explicó Bonitatio pasando su mano por un barrote quemado- Una vez dentro abrieron un nuevo Portalio... -el director se agachó al suelo y cogió los restos de cristal de un Portalio usado- ...y consiguieron huir sin ningún tipo de problema...

Adler se adentró en lo más profundo de la celda y tocó las paredes, todas ellas marcadas con rayas señalando los días que había estado encerrado: había miles y miles de rayas grabadas en las paredes. También había unos signos muy raros, como runas y otras inscripciones.

-¿Qué son estos signos, director? -preguntó Adler tocando uno que parecía un triángulo isósceles invertido, muy estirado y que permanecía rozando con su punta una línea horizontal.

-Todos ellos están investigados. No significan nada, tu padre acabaría perdiendo la cabeza... -contestó Bontatio mirando con indiferencia la pared- Te repito Adler que no entiendo por qué habéis venido...

-Quería ver con mis propios ojos la celda donde había estado cautivo mi padre...

-¿Para qué? Es una perdida de tiempo. Los Vigílumos ya la han investigado y no han descifrado nada...

Adler seguía pendiente de la pared llena de símbolos y rayas. Miró todos sus rincones, desde los más claros hasta los más oscuros, el suelo y el techo, todo. No encontraba nada.

        -¿Por qué no le matasteis cuando tuvisteis oportunidad?

       Bonitatio se puso junto a Adler y dijo:

       -El Presidente Mágico, Menecnio Aguagrís, ordenó que Deceptio debía seguir con vida...

Adler frunció el ceño extrañado y preguntó por qué. Bonitatio sonrió sarcásticamente y dijo:

ADLER  COOPER  1 : y el Misterio de la Espada DesaparecidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora