EL PECADO DE ONÁN

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Existe un texto en la Biblia que es comúnmente utilizado por los pastores y curas para sustentar su teoría de la paganización de la masturbación. Es el relato de Onán ubicado en Génesis (38: 6-10)

Este relato de la Biblia narra una situación entre los hijos de Judá: “…con el tiempo Judá tomó esposa para Er su primogénito, y el nombre de ella era Tamar. Pero Er resultó malo a los ojos de Jehová por lo tanto le dio muerte. En vista de aquello Judá dijo a Onán; Ten relaciones con la esposa de tu hermano y realiza con ella matrimonio de cuñado y levanta prole para tu hermano. Pero Onán sabía que la prole no iba a ser suya y entonces, cuando tuvo relaciones con ella desperdició su semen en la tierra para no dar prole a su hermano, siendo esto malo a los ojos de Jehová, le dio muerte.”

Según el texto pareciera que la transgresión de Onán fue  desperdiciar el semen en tierra, no el haberse masturbado, sino el hecho de botar la simiente de vida. Sin embargo ante tal aseveración me permito realizar las siguientes alegaciones:

1.- Si el hecho que se pierda el semen es pecado, entonces ¿cómo hacen los hombres que tienen polución nocturna?

2.- Es un pecado solamente masculino pues la mujer no tiene semen al menos que se instituya como cómplice.

3.- También es pecado entonces que la mujer no quede en estado de preñez, pues igual se desperdicia

4.- ¿y qué pasa con los demás espermatozoides si uno o muy pocos son los que logran llegar al óvulo? ¿Es pecado que se pierdan?

Por todo lo anterior, y además por otras cosas, que sería como demasiado ocupar todo este trabajo en eso, es ilógico que Dios haya condenado al hombre por botar la semilla. Algunos podrían alegar la intencionalidad para tumbar todas estas alegaciones, que todo lo que he dicho es incontrolable, pero; ¿es pecado hacerlo adrede?, ¿qué pasaría entonces con los hombres que se masturban y guardan el semen o lo donan?

Y si lo vemos desde otro punto de vista, el de los árboles que dan semilla a la tierra, imaginemos desde la idea natural que el árbol es el hombre y la mujer la tierra, y yo pregunto ¿acaso toda semilla que cae en la tierra germina? ¿Tiene la culpa un árbol de no producir frutos? ¿Los que comemos semillas pecamos? Es estúpido pensar en la afirmación de estas preguntas.

La historia de Onán es otra. Dios no lo castiga con muerte, no por haberse masturbado ni por botar el semen porque sea bendito. Sino por la codicia. Recordemos que en esa época los bienes se trasladaban por varón y el mismo escrito dice que Onán sabía que no iba a ser su prole, sino del hermano, por lo que no quería compartir los bienes que le habían quedado a la mujer con la prole de su hermano, ni tampoco quería que el medio sobrino hijo heredara como primogénito la estirpe de su Abuelo. Y eso fue lo abominable y hasta hubo engaño y traición, pero no por botar el semen como tal, como acto único, sino por el porqué de su actuación.

Otro versículo utilizado para prohibir la práctica de masturbación es el siguiente: Efesios (2:3) “En ese tiempo también todos nosotros vivíamos como ellos, impulsados por nuestros deseos pecaminosos, siguiendo nuestra propia voluntad y nuestros propósitos., éramos por naturaleza hijos de ira. Como los demás.”

Aquí no dice nada, esto es una laguna con patos y cisnes, de lo que aquí se habla es del deseo pecaminoso y de voluntad propia, y en ese saco cabe todo lo que quieras. Por lo visto un ser sin propósito y voluntad es digno, pero vamos a ir un poco más profundo en el texto. Vamos a ver que quería decir Pablo en esta carta. En ella se explana cómo los apóstoles fueron escogidos y salvados por Cristo ante la vida pecaminosa que llevaban en el imperio Romano. Dios rico de misericordia, los salvó del pecado, pero casualidad que dice que fuimos salvos por gracia y no por obras para que nadie se jacte sino por fe. Así que además de la ambigüedad del texto, que no se refiere al acto de masturbación sino al deseo pecaminoso, y si en verdad fuera aplicable, entonces estamos exonerados por tener fe según una interpretación literal de la carta, ya que según la doctrina del apóstol Pablo, por más que nos afanemos en hacer el bien siempre haremos lo contrario, por ello no somos salvos por obra para que nadie se jacte.

MASTURBARSE NO ES PECADO Un enfoque cristiano filosóficoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora