Capitulo 1. Un día de felicidad.
-No estas sola... me tienes a mi.
Desperté.
Abrí los ojos de golpe. Sentí algo recorrer mis mejillas, pose mi mano derecha por una de ellas, *lágrimas* pensé. Me senté de mala gana en mi cama. Una sensación de incomodidad se apodero de mi, sin pensarlo comencé a observar detenidamente cada rincón de mi pequeña (aunque tampoco es tan chica) habitación, empezando con el lugar en el que estaba sentada.
En mi cama ningún cambio, seguía teniendo la colcha de color blanco avejentado, con pequeños de encaje negro y blanco en la orilla de esta. Mi mesita de noche blanca seguía intacta,estaba el libro que deje anoche antes de dormir, unas galletas a medio comer de chocolate, mis lentes para leer (y que uso todos los días, todo el día, por puro y mero habito), una lampara de noche negra y como siempre un mini organizador de colores para pastillas, de distintos tamaños y tonos ( soy muy enfermiza y débil por lo que necesito vitaminas). No hacía falta desviar mucho la vista para ver totalmente mi cuarto, por lo que vi el siguiente objeto, un espejo cuerpo entero de marco y molduras negras. Me levante sigilosamente hasta el, vi mi reflejo por unos minutos, comprobando que también siguiera igual. Cabello color blanco y largo hasta la cintura y flequillo cubriendo la mayor parte de mi rostro igual, ojos verde intenso con miel igual, piel un poco pálida igual, conflexion delgada igual, baja estatura igual. Pase la vista a mi armario de color negro, igual. Sentí de nuevo esa incomodidad, proseguí con mi inspección. La puerta como la había dejado, cerrada.
La sensación de nuevo. Voltee rápidamente hacía mi ventana, que estaba a un lado de mi cama, camine a ella con cautela, subiendo una pierna al cofre enorme de madera rustica para poder ganar altura, abrí la delicada cortina de satín blanco para que entrara la luz, todo ese tiempo había estado en penumbras, ya era turno del sol. Me quede parada en silencio, ya sabía de donde venía esa sensación tan nostálgica. Lentamente di media vuelta, dejando a mis espaldas el ventanal que llegaba hasta pocos centímetros al techo; divisando mi escritorio a un lado de mi puerta, me acerque con pasos felinos hasta quedar justo a un paso de el. Miraba, aquel mueble antiguo de la misma madera del cofre, con cautela; revise cada milímetro de el, todos mis libros de lectura personal estaban ahí, también un organizador de materiales escolares, incluso mi cena de anoche, nada raro, volví a revisar mis libros, uno de ellos (uno que jamas había visto) sobresalía ligeramente. Lo saque, la portada era de cuero negro sin titulo, volteé el libro, nada escrito, abrí el libro y comencé a ojearlo, no tenía nada impreso, hasta que en una de las primeras paginas pude distinguir unas oraciones, no veía nada, salí disparada por mis lentes sin soltar el libro. Me los puse y comencé a leer.
“Para mi querida Kaho.
Seguramente estarás confundida sobre el porqué de este libro. Solo deseo que sepas que ya jamas estarás sola ni triste. Porque ahora me tienes a mi a tu lado.atte. M. Hikaru
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Un amor inesperado
RomanceDicen que el amor no entiende razones ni obstaculos. Tu no escoges de quien te enamoras. No importa si es un amor imposible o no. El amor no tiene barreras, ni en lo natural ni en lo irracional. Leer desde una perspectiva anime shojo.