Día del niño 》Yoonmin lemon

Feliz día del niño

Ocs pero que vergüenza mi mente tan pervertida

Perdónenme si les arruino el dia

Y la infancia

Yo también me odio ahj

En las relaciones sexuales existen muchas perversiones, y, aunque la mayoría las vea con mala cara, es la minoría quienes no las utilizan. Si bien algunas eran algo arriesgadas, como el BDSM, algunas otras eran más comunes como lo era el vestirse con alguna ropa o lencería erótica.

Resultaría una difícil tarea encontrar quién era el más pervertido en cuanto a las relaciones sexuales en la pareja de Park Ji Min y Min Yoon Gi. Cada uno tenía sus gustos, y, mientras que al otro no lo incomode o lastime, estaba bien para ellos. Por ejemplo, el extraño gusto de Jimin sobre comenzar a tentar a su novio en lugares públicos, casi siempre cuando Yoongi lo acompañaba a comprarse ropa. Claro que el mayor nunca se quejaba, después de todo Jimin era demasiado apresurado y nunca quería esperar a volver a la casa para saciar sus necesidades. Y aunque el baño de un centro comercial, o a veces, un probador, eran bastante incómodos, tener a Jimin rogándole y recordándole lo bien que él y nadie más le hace el amor era algo difícil de resistir. Bastante difícil, honestamente. Y aunque las perversiones de Jimin eran algo diminutas, las de Yoongi eran un poco más... distintas, tal vez. Si bien el menor sabía que el mayor amaba su voz, también sabía que el mayor tenía algo parecido a la acusticofilia con sus gemidos o cuando su voz tenía esa tonada sensual. Descubrirlo fue algo un poco extraño, encontrar que Yoongi una vez se corrió con sólo escuchar a Jimin gimiendo y suplicando mientras él lo preparaba, con la tonalidad de su voz totalmente quebrada, había sorprendido a ambos. Pero había algo más, Jimin había encontrado su segunda debilidad en la cama, la cual iba perfectamente relacionada con ésta. Al principio, que el rubio le pida que lo llame "oppa" le parecía algo extraño y fuera de lugar, si bien no lo incomodaba, el menor lo olvidaba muchas veces por falta de costumbre. Pero Yoongi no necesitaba que el menor se lo diga en cada gemido cada vez que se tomaban su tiempo en tener relaciones, ya que con tan solo 3 o 4 veces el mayor ya se encontraba al límite; encantado ya con lo que la voz de Jimin le hacía a su cuerpo cuando gemía, sumándole que lo llame "oppa" era demasiado para aquel rubio.

Pero ahora contaban con otra perversión, y lo mejor, era que los excitaba a ambos de casi igual manera. Claro que a Yoongi un poco más que al menor, pero eso era sólo porque el mayor encontraba casi todo irresistible sobre su novio. Todo comenzó este 3er domingo de agosto.

- Hyung, no creo que debamos comprarle una pista de carreras a Hyeri... - Comentó cansado el menor, mientras seguía a su novio por la sección de "varones" en la juguetería. El mayor estaba poniéndose obstinado en que la niña podía divertirse más con aquella pista, pero claro que Yoongi no estaba pensando las cosas en su totalidad. – Sabes que el novio de mi hermana es un sexista de mier- el menor detuvo su maldición a la mitad, ya que la mirada reprobatoria de Yoongi ya se encontraba observándolo. – hyung, no entiendo por qué no me dejas maldecir – comentó aun más irritado el menor, mientras sus brazos se cruzaban y sin intención, sus labios formaban un tierno puchero. El mayor estuvo a punto de explicarlo y darle el mismo sermón de siempre, pero aquel dulce acto de parte del menor lo llevó a solo darle un pequeño beso en la mejilla derecha.

- Sos una ternura Jiminie, basta – Imploro el mayor luego de depositar aquel simple beso, volviendo a elegir juguetes rezando porque ni el menor, ni nadie más note su sonrojo. Aquel muchacho con el cabello casi igual de rubio que él siempre terminaba comprándolo de una forma u otra. Volviendo a ver los precios de las pistas de autos el mayor frunció el ceño. – Jimin no le voy a regalar una muñeca o una varita mágica para que después esté jugando con los regalos de sus primos. No de nuevo. – Le refutó el mayor, casi ganando la "pelea" de pareja que estaban teniendo.