Antes de comenzar a leer: tengan en cuenta que este OS lo empecé a escribir hace bastante, por lo que ciertas situaciones no serán ya tan actuales como se presentan (Ej: Independencia de Cataluña)
Últimamente, mientras los días pasaban y la ciudad crecía, ante la brisa del viento que no hacía más que transportar sus recuerdos lejos y darle un respiro para devolverlo a la realidad, no dejaba de pensar en él. Junto al resto de naciones asiáticas, su alusión despertaba la viva melancolía, su pasado, ese que aún seguía llevando al ras de sus pies, arrastrándolo como una cadena de pesado metal que le impedía avanzar. Se miraba al espejo y miles de situaciones rondaban por su mente. Lo imaginaba a su lado, como un pequeño niño, corriendo a sus brazos para protegerse del frío. Un escalofrío recorrió su espalda, su añeja cicatriz ardió como nunca.
Y entonces, mientras los años pasaban, el desgaste sufrido por su corazón no hacía más que despertar sensaciones de dolor, de tristeza y de soledad. Porque el verlo crecer, y ahora ser alguien tan grande, tan imponente, que incluso llegaba a darle miedo en recurrentes ocasiones, le hacía cuestionarse si realmente aquel era el Rusia que conoció.
Por supuesto que no lo era. El niño que alguna vez acurrucó entre sus brazos, en aquel entonces, aún no podía considerarse una nación como tal. El correr de los siglos fue testigo del proceso de su vecino continental, tiempo que su mente parecía haber exceptuado al punto de desaparecerlo. Sentía como si su cambio fuera repentino, de la noche a la mañana. Irónicamente, pues él había estado presente en gran parte de sus épocas revolucionarias.Le costaba admitir y asimilar que los años pasaban. El resto de naciones llevaban un gran cambio y se abrían paso en ámbitos muy lejanos a los suyos. Sólo bastaba con observar a su antiguo rival italiano, ese muchacho que conoció de la mano de Imperio Romano y que solía traerle sensaciones melancólicas y recuerdos de su pasado junto a la nación europea.
Pasado. Sus cimientos, su historia, la sangre que fluía por sus venas. Tan absorto en él se encontraba que parecía vivir en una especie de realidad alterna. El tiempo se congelaba para sí pero al mismo tiempo veía avanzar a los demás.
Y es que al mirarse al espejo su propia figura le confundía, carente de novedades. Él se veía exactamente igual, esperando cambios notorios por la vejez que llevaba encima.
Era como si su ciclo de vida ya estuviese completo, como si no debiera renovarse y dejar paso al desarrollo de otras naciones más jóvenes.
Tal cual un anciano que ve su final acercarse como comienzo de una nueva generación.
Y por más que renovase su equipamiento al más moderno, por más que actualizara su tecnología y sus recursos militares, simplemente sentía que esa no era su forma de trabajar. Extrañaba los tiempos donde no dominaba la moda y la superioridad se medía a base de coraje y valor.
Porque por más que se esforzara en superar a Estados Unidos, seguía recurriendo a fuentes externas...Se estaba quedando atrás.
Aquel sentimiento le atemorizaba y lo perseguía día y noche. El pensamiento de llegar a desaparecer lo estremecía. Su temor se avivaba al estar en presencia de los demás, ya no era tan respetado como solía serlo, incluso sus propios compañeros lo pasaban por alto o lo acusaban de no comprender 'las nuevas mecánicas'.
Pero él, solo él, seguía aferrado a su nombre y hacía a sus cadenas aún más pesadas. Permaneciendo a su lado, requiriendo sus consejos, admirando su sabiduría.
Le recordaba a aquellos momentos...
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Ya no soy un niño ~RoChu~
Historical Fiction'-Quiero que vuelvas a ser un niño-' Rusia, tras verse estresado por las órdenes de su jefe, decide despejarse un poco y pide hospedarse en casa de su vecino asiático. Éste, dominado por la melancolía, ansía tener de vuelta a aquel niño que co...