CAPITULO 21 Inicio del tormento.

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---Roderich---

Al terminar la fiesta empezamos a recoger nuestros instrumentos.

-Deberíamos de ir a un bar a festejar otro éxito. –comento uno de mis compañeros.
-Nos lo merecemos. –comento otro.
-Vamos Roderich.
-Gracias chicos pero yo no puedo ir, tengo algunas cosas que hacer. –comente.
-No seas así, -me abrazo uno- ven con nosotros.
-Perdón pero Roderich tiene un compromiso conmigo.

Vi a Steven acercarse y coloco su brazo por mis hombros.

Los demás nos miraron sorprendidos y se despidieron.

-Gracias por ayudarme Steven.
-La verdad es que lo hice porque quiero que salgamos a dar una vuelta.
-P-Pero...
-No tomaré un no por respuesta. –sonrió mientras besaba mi mano.

Sinceramente prefiero ir a mi casa y leer un libro que salir en este momento a dar una vuelta.

-Señor Steven mejor salgamos otro día con más calma, ahora es muy tarde y sinceramente mi siento un poco cansado.
-Por favor Roderich, -susurro en mi oído- quiero conocerte mejor.

Un olor mezclado entre menta y alcohol me inundo por completo, no me agrada el aroma a alcohol, me marea, soy muy raro en ese aspecto pero en verdad jamás me ha gustado.

-Me encantaría pero no puedo. –lo mire.
-Supongo que no insistiré más, -beso mi mano- pero, ¿me dejarás acompañarte a tu...?
-Steven, -grito el dueño de la casa- necesito ver unos negocios con usted.
-Maldición, -chasqueo la lengua- supongo que te buscaré después.

Se acercó hasta rosar sus labios con los míos.

-Tan suaves. –sonrió.

Me sorprendí ante su acción y no supe cómo responder.

-Descansa mi lindo chico, estamos en contacto.

Él se marchó dejándome muy confundido por todo lo que ocurría, pero decidí no prestarle atención y guarde mi violín y lo coloque en mi espalda.

Salí de la casa y me dirigí a las calles.

-Permíteme acompañarte.
-G-Gilbert. –murmure.

En cuanto nuestras miradas se encontraron, él la desvió y pude notar cierto enojo en su tono de voz.

-Vamos. –abrió la puerta de su auto.
-Gracias.

Me subí a su auto y él entro sin dirigirme una mirada.

-Gilbert, ¿pasa...
-¿Dónde vives? –pregunto interrumpiéndome.
-¿Ocurrió algo? –trate de mirarlo.
-No, ¿Por qué?
-Es que tú...
-Mejor dame tu dirección debo ir después con mi novia. –comento.

No sé porque sus palabras me dolieron, mordí mi labio y mire del otro lado de la ventana.

-Gracias de todas formas. –me baje del auto.
-¿Roderich?
-Puedo irme caminando.
-¿Acaso prefieres a Steven? –gruñó.
-¿Ah?
-Es eso ¿verdad?
-Que te importa.

Comencé a caminar hacia la estación hasta que sentí como me sujetaban del brazo.

-Suéltame.
-No lo haré. –me miro.
-Maldita sea, ve con tu novia no te entretengo más.
-Acaso, ¿estás celoso? –sonrió.
-No lo estoy, -trate de apartarlo- ¿Por qué debería? Si ni te conozco.
-Pero, eso no impide que te guste, -me miro- no dejabas de verme en todo momento, incluso cuando te hablaba te sonrojabas.
-Es mentira.
-Sabes que es verdad.
-Idiota. –trate de soltarme.
-¿Seguirás negando que estás celoso de mi novia?
-Déjame en paz, -lo miré- no me gustan los tipos idiotas como tú, que se creen mucho.

Él me tomo de la cintura acercándome más a él, su aliento rosaba mi rostro haciéndome sentir mucha vergüenza.

-¿Estás seguro?
-Gilbert por favor déjame ir.
-Steven no vendrá, él no tienen tiempo para ti.
-¿De qué rayos me hablas?
-¿Por qué lo aceptas a él? ¿Qué tiene para que lo veas de otra manera?
-Yo no acepte a nadie.
-Claro que lo hiciste, -me tomo de los hombros- tú lo quieres.
-QUE RAYOS, -lo aparte- ESE NO ES TU PROBLEMA.
-Lo es.

Me tomo del mentón y me beso, mordió mi labio para que yo abriera mi boca, y eso hice, su lengua recorría toda mi boca, sentí como mis piernas comenzaban a flagelar y él me sostuvo entre sus brazos.

Sin poder evitarlo yo rodee su cuello con mis brazos, mientras él acariciaba su espalda.

Es una sensación que hace tiempo no he tenido, algo tan hermoso, mi corazón latee con mucha fuerza, pero a mi mente llegaron las palabras que Gilbert dijo y lo aparte de mi lado.

-¿Roderich?
-No lo vuelvas a hacer, -me limpie la boca- eres lo peor.
-¿Cómo?
-Eres un idiota, tienes una novia y aun así me besas.
-Eso...
-No quiero volver a verte.

Me eche a correr hasta tomar un taxi.

Mi corazón aun latiendo como un loco, mi cuerpo está temblando, ese beso que me dio me hizo sentir tan ansioso, tan feliz.

Pero él tiene novia, ¿Por qué me beso? ¿Por qué lo hizo?



---Hiroki---

¿Pertenencia?

Es verdad...

Yo soy una clase de mercancía, me han vendido al mejor postor, sin importar si tenía sentimientos, sin preguntar, solo amenazarme con mi madre...

La persona que creí muerta hace tantos años, la cual necesite, por la cual sufrí, sigue viva, mi padre fue tan cruel de tenerla oculta, de maltratarla, maldita sea...

En verdad espero que la deje ir, ella no se merece esto, me estoy sacrificando para que mi familia pueda estar tranquila y feliz...

No importa que yo deba sacrificarme, solo espero que la liberan lo más pronto posible, solo así podré escapar si tengo alguna posibilidad.

Mookyul seguía tomándome de la cintura mientras charlaba con otros hombres acerca de algunos negocios que realizarían fuera del país.

Sonreí para mostrarle a todos lo "feliz" que era al estar casado con alguien como Mookyul, él solo tomaba mi mentón entre sus manos y me besaba, presumiéndome ante todos, como si fuera una joya, una adquisición.

No puedo quejarme puesto que eso es lo que soy...

Un objeto...

Pude ver a mi padre platicar con el violinista que conocí, aunque mi padre lo mira de una forma extraña, espero que no esté tramando nada con ese chico.

-¿Listo para nuestra luna de miel? –susurro en mi oído.
-¿Q-Qué? –lo mire.
-Nos iremos a Alemania por una semana.
-E-Esto es...
-Eres mi esposo y debes hacer todo lo que te pida.
-...
-¿ENTENDISTE? –gruño.
-Sí. –susurre.
-Así que ve a por tu maleta, las criadas la hicieron por ti.

No dije nada más y camine de nuevo a mi habitación, sentí como unos brazos me rodeaban y me voltee.

-Hiro-san, ¿ocurre algo?
-Nowaki, -suspire- me iré.
-¿Cómo?
-Mookyul quiere que nos vayamos a Alemania.
-¿Cuándo?
-Hoy mismo.
-Entiendo.
-¿Eh?
-Iré con ustedes, es decir, en otro avión.
-PERO QUE DICES. –exclame.
-Dije que todas las noches las pasaríamos juntos.
-Estás loco.
-Ese es tu castigo por engañarme.
-Ya te he dicho que tenía que hacerlo.
-No importa.
-Nowaki.
-Te amo Hiroki, eres mío.

Me beso apasionadamente mientras me acorralaba en la pared, comenzó a lamer mi cuello.

-P-Para. –susurre.
-No puedo.
-L-Lo hicimos hace rato.
-No me canso.
-¿HIROKI?

Sentí como el frio recorría mi espalda al escuchar esa voz, Nowaki me miro sorprendido y luego sonrió.

-Ni se te ocurra. –murmure.
-Tal vez es necesario que sepa que eres mío.
-HIROKI.
-M-Me estoy cambiando. –respondí tratando de controlar mis nervios.
-APURATE QUE TU ESPOSO TE ESPERA.
-Sí papá.

Nowaki siguió besándome hasta que lo aparte.

-Basta, -lo mire- me tengo que ir.
-Quédate a mi lado.
-No puedo, por favor Nowaki...
-Está bien, nos vemos haya. –sonrió.
-Pero...
-Te amo.

Nowaki se escondió mientras yo me cambiaba rápidamente de ropa, camine hasta la sala con mi maleta donde Mookyul me esperaba. Al llegar me cargo y nos dirigimos a su auto.

El camino al aeropuerto fue algo rápido para mi gusto, ya cuando me di cuenta estábamos en el avión.

-No puedo esperar por hacerte mío. –sonrió.



---Yukito---

Akihiko tuvo que salir a trabajar temprano, algo que hizo que me asustará, su padre es alguien extraño, quiero pensar que la primera impresión que tuve de él fue una broma, o no escuche bien.

Baje las escaleras y las chicas que hacen el servicio de limpieza me sirvieron de desayunar.

Me contaban como era mi novio de niño, al igual que me contaron de un tal ¿Misaki? Que lo hizo sufrir porque lo había engañado con otro.

No entiendo cómo pudieron engañarlo, cuando Akihiko es tan lindo y amoroso, supongo que no lo supo apreciar.

-Nos alegramos que tú estés a su lado. –comento una chica.
-Se ve muy feliz, incluso más que con ese mocoso.
-Yo lo amo tanto.
-Gracias por fijarse en Akihiko-sama, es una gran persona.
-Lo sé.

Al terminar de desayunar me encontré con el padre de Akihiko, me dijo que quería hablar conmigo y lo seguí.

-Seré directo.
-¿Eh?
-¿Cuánto quieres por dejar a mi hijo?  

Sentimientos Ocultos - Junjou egoistDonde viven las historias. Descúbrelo ahora