HANDS

H.

.
.

La mañana les recibió con la apacible melodía que formaban las gotas de lluvia al tocar el asfalto, el cielo gris siendo iluminado por pequeños relámpagos, avisan que las nubes tienen mucho por llorar.

.
.

Un rugido como el de un león le hace despertar de golpe, se incorpora quedando de cuclillas sobre el colchón, voltea a su izquierda en busca del hombre de tez morena pero no encuentra más que una miniatura de Mario bross - su peluche favorito -.

.
.

Con un bostezo se incorpora; sus pies descalzos tocan el frío suelo y sus manos enrollan la ligera sábana sobre sus anchos hombros.

.
.

Dirige sus pasos a la cocina pero se detiene a la mitad de la sala cuando le ve, una silueta yace recargada junto a la ventana viendo a través de ella como gente corre de un lado a otro buscando resguardarse de la lluvia, y él, sólo se queda embobado con el hombre de tez morena.

.
.

— Despertaste — Es sacado del pequeño trance en que cayó.

.
.

— Los truenos me han despertado — sonríe — no estabas a mi lado creí te habías ido —

.
.

— Nunca te dejaría, cariño —

.
.

Una enorme sonrisa se plasma en su rostro al escuchar tales palabras, sus mejillas se tiñen de rojo cuando las imágenes de la noche anterior invaden su mente.

.
.

— Prepare un café para ti —

.
.

Nuevamente sale de su trance y examina la imagen frente a él, encontrando dos tazas de café en la mesilla junto a la ventana, el menor toma una y la extiende hacia él invitandolo a acercarse; lo cual hace sin dudar.

.
.

— Gracias, Namjoonie —

.
.

El mencionado le sonríe regalandole los hermosos camanances que le caracterizan, suelta la taza cuando está se encuentra a salvo en las manos del mayor. Le abraza por la espalda estrechando sus manos sobre la delgada cintura y recarga el mentón en los hombros ajenos.

.
.

Namjoon observa los carnosos labios rozar el borde de cerámica después ve como la nuez sube y baja deslizando la cafeína atravez de la garganta.

.
.

— Hyung — susurra sobre el lóbulo del mayor — amo el movimiento de tu nuez al tragar —

.
.

— ¿Qué hay con eso? — contesta soltando una risa burlona

.
.

— Nada, sólo, me gusta —se encoge de hombros— pero... sabes que más amo —pregunta con picardía—

.
.

— ¿A mí? — toma otro sorbo de café

.
.

— No —ríe bajo al ver el puchero del mayor

.
.

— Entonces —dice fingiendo desinterés

.
.

— Tus manos, amo tus manos —

.
.

El mayor abre los ojos en sorpresa para enseguida apartarse del menor deshaciendo el abrazo, coloca la taza en el borde de la ventana e indignado oculta sus manos bajo la sábana que envuelve su cuerpo, y mira con reproche al menor.

.
.

— Basta, deja de burlarte de mí —

.
.

— No me burló! —

.
.

— Lo haces. ¿Cómo podrían gustarte mis manos deformes? ¿Cómo permites siquiera te toque con ellas? ¿Cómo..? —se ve interrumpido por el menor

.
.

— Amo tus manos sobre mi cuerpo, tocando cada rincón, rozando mis cabellos, acariciando mi alma —tira de la sábana descubriendo el cuerpo desnudo, humedece sus labios y entrelaza las manos ajenas con las suyas— te hacen único... hermoso —

.
.

— Tienes gustos raros ¿te lo he dicho?—

.
.

Suelta una carcajada— Muchas veces —

.
.

— Bien, pues es verdad —con ojos cristalinos sonríe cuando el menor besa cada uno de sus dedos— No dejes de tener esos gustos —

.
.

— Te amo Jin-hyung y te haré el amor aquí, en este momento —

.
.

— Te ahorre el trabajo de desnudarme.. —

.
.

— ¿¡Eh!? Pero si es la parte más emocionante, hyung~ —se queja con un puchero como si de un pequeño se tratará.

.
.

— Te amo Namjoon —

.
.

La lluvia incremento su intensidad, relámpagos iluminan el cielo gris, los truenos ahuyentan a la gente quienes se adentran en los locales en busca de refugio...

.
.

Pero ellos yacen inmersos en el pequeño trance que crea la fricción de sus cuerpos desnudos, amando cada rincón ...

.
.

...aferrandose a esas manos que acarician sus almas.