Cuarta carta de Felicity.

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Para: Rachel

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Para: Rachel

Remitente: Felicity

22/11/2014

¡Ah! ¡Milagro! ¡MILAGRO QUE RESPONDES UNA MISERABLE CARTA! ¿Nikki ya te ha dejado escribirme? ¿O simplemente sentiste lástima y decidiste responder? ¿Querías que te dejara de molestar y por eso me has enviado la carta?

Tengo que confesarte que en cuanto llegó tu carta y mi madre me dijo que era tu parte me emocioné, la abrí como una maniática, ¿y con qué me encuentro? Con cosas hirientes.

¡LAS PERSONAS CAMBIAN RACHEL! ¡Todos cambian! ¿O me vas a decir que tú no has cambiado? Ah sí... ya recordé, te querías hacer la mártir otra vez... No lo hagas. No funciona. No conmigo. Ya no...

Sólo me di cuenta de lo valiosa que soy, que puedo ser bonita a todas horas, que no soy una estúpida —como me lo dice mi padre—. Quiero sentirme en lo más alto porque yo sé que se siente estar en lo más bajo, y créeme que no quisiera nunca, en serio, NUNCA, estar de nuevo viendo la vida desde el suelo.

He cambiado, y me alegro de ello. Y si no te gusta esta nueva Felicity lo lamento, toma un ticket y cobra el tiempo perdido conmigo.

¿Tú crees que no tengo sentimientos? ¡Por supuesto que los tengo! Y están más vivos que nunca. ¿Pero sabes por qué nunca los demuestro? ¿Por qué aparento ser una persona frívola? Porque no quiero que vean que sí me importan las cosas, que con pequeñas acciones me estoy desgarrando por dentro. NO ME GUSTA SER DÉBIL COMO TODOS. Yo no muestro cuánto me importan las cosas porque cuando se enojan conmigo me recuerdan lo estúpida sentimental que puedo ser.

¡No me gusta ser querida, ni querer a nadie, porque me dañan! Y esa es la razón por la que parece que tengo una piedra fría sin sentimientos en el pecho.

No. No tengo otra palabra en el vocabulario que no sea el nombre de mi amiga. Ella ha sido tan comprensiva con esto que pasamos que no reclama, me apoya y da consejos sobre qué puedo decirte al respecto con tus alegaciones en la carta. Yuliana se ha convertido en todo lo que tú no en meses atrás. Si sientes que has sido reemplazada es porque te lo has buscado.

Tal vez tengas razón. Ya no somos las mismas. No sabemos nada la una de la otra, tenemos que estarnos preguntando si todavía nos gusta algo que lo hacía a los once años.

¡No tienes el derecho para hablarles así a mis amigos! Ni te atrevas a volverlo a hacer, porque ellos nunca te han faltado al respeto, ¡es más! Siempre te reciben como si fueras una de las nuestras, te ayudan con tus problemas y te escuchan. Cosa que tus amigos no hacen conmigo; ellos se limitan a decir que me veo como la típica niña de "papi" que no sabe ni freír un huevo, y por si fuera poco se ríen de mí por no saber andar en el transporte público...

Si te digo hay que salir, no te insinúo que pagues, cuando hemos salido —nulas las veces, tengo que decir— te he pagado los gastos. Lo hago porque sé de la situación crítica que estás pasando. Nunca te pediría que dieras si no tienes con qué.

¡Nunca me has rogado! ¿Quieres que te recuerde las veces en las que me humille, y dejé el absurdo orgullo sólo por ti? Bien, empezaré... ¿Te acuerdas de ese fin de año en el que estábamos peleadas? ¿Quién fue la que llamó a la otra para desearle año nuevo? ¿Fuiste tú? ¡NO! ¿Fuiste tú la que se disculpó después de las tonterías que hacías y me decías por Facebook? ¡NO! Fui yo. ¿Continuo?

Siempre Felicity tiene que estar rogándote para que le vuelvas a hablar; Felicity tiene que mandarte mensajes para saber si sigues viva, tiene que disculparse por cosas que tú, Rachel, haces.

Es triste pero reconozco que ya no te quiero tanto como lo hacía a principio de año.

Te escribo porque apenas me acordé de ti. Ya no te iba a contestar. Quería que sintieras lo mismo que yo cuando envié las otras tres cartas y no obtuve respuesta, cuando sentí que ya no te importaba tanto como para responder una tonta carta, pero te vi.

Estaba en la plaza con mis tíos. Había estado todo el día cerca de ti y nunca lo supiste, porque no te marqué, ni te avisé que iba a estar a cinco minutos de ti. Fuimos al cine. ¡Estaba tan emocionada..! Y luego te veo a la distancia... y no estás sola. El corazón me dio un vuelco y el frío se apoderó de mí.

No era un frío como los otros cuando me peleé contigo. No. Este fui distinto. El otro me congelaba, me consumía... Este frío que siento sin ti empeoró en el momento que te vi sonriendo y disfrutando de la plaza con tus amigos. Nunca pensé que verte feliz me provocara la muerte. . ¿Te duele a ti también?

Con nostalgia,

Felicity.

CARTA NUNCA ENVIADA

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