Oficial

No lo arruines, zorro estupido

Hace tiempo que me siento diferente, realmente todo en mi vida era diferente ahora, desde que Judy se cruzó en mi camino todo había cambiado...o sea yo era un criminal y ahora soy su compañero en el departamento de policía.

Me había mudado a donde ella, cerca del cuartel y pues todo iba "bien" y lo pongo entre comillas ya que la verdad me sentía muy raro cerca de ella, sus grandes ojos de conejo hacían que mi corazón latiera rápido, sus orejas enormes se veían tan tiernas, ella era hermosa, incluso yo siendo un zorro me había fijado en ella, además zanahorias había crecido en los últimos meses...ustedes entienden.

-¿Qué te pasa?- La voy de Judy me saco de mis pensamientos rápidamente.-Estas demasiado callado, eso no es normal en ti, siempre vienes diciendo cada tontería y hoy estas mudo.-

-Nada Zanahorias, solo estoy muy cansado, la verdad el día estuvo muy pesado, a veces extraño esos días de dinero fácil.-

Judy frunció las cejas y me miro, yo solo sonreír bromista.

-Obvio es una broma.-Comencé a reírme.

-Tonto.-Dijo también de broma.- ¿Sabes? Me alegra haberte conocido, eres mi mejor amigo, mi compañero.-

Sentí un dolor en el pecho, pero lo disimule, la mire y sonreí algo forzado.

-Gracias Zanahorias.-

Salimos del auto y entramos al pequeño edificio, el cuarto de Judy estaba a unas cuantas puertas.

-Nos vemos mañana.-Dije serio y rascándome la nuca.

-¿eh? Creí que veríamos películas hoy.-Replico Judy.- ¿Ves? Algo te pasa.-

-Zanahorias, de verdad, de verdad estoy muerto.-Trate de verme muy, muy cansado.-Mañana te invito pizza de Zanahorias en el almuerzo.-

-Mmm, ok, duerme entonces, veré películas sola.-

Me dirigí a mi habitación, me quite el uniforme y me puse mi pijama, no, no estaba cansado, estaba dolido...Pero no entendía porque, Judy era mi amiga, mi compañera, era una coneja, una presa (según la sociedad) aunque tal vez, por eso me atraía más...pero sabía que jamás seria correspondido, Judy me veía como a uno de sus hermanos, no lo sé, nuestra relación era rara, a veces parecía que Judy sentía algo más por mí, a veces ni eso.

-Esa pequeña coneja...Me está volviendo loco...-

La mañana llego, salí de mi habitación para darme un baño, odiaba ese edificio, los baños no eran privados...

Me cruce a la pequeña coneja en el pasillo, aun en pijamas, medio adormilada y tallado sus enormes ojos, se veía tan tierna, me dio el impulso de lanzarme sobre ella y decirle todo, pero me contuve.

"No lo arruines, Nick, zorro estúpido..."

-Buenos días Nick.-Dijo con voz ronca.-Demonios ayer me desvele bastante.-

-Yo por eso me fui a dormir...-

-Como sea, estoy lista para la acción.-

De la nada se animó, sonrió y se metió a las duchas de mujeres.

Ya en el cuartel el Jefe Bogo nos llamó, entramos a su oficina, nos miró serio.

-Bien, ustedes 2 son perfectos juntos, por eso les encomendare esto.-

-Lo que diga señor.-Dijo Judy rápidamente.

-Bueno se ha transferido a un nuevo elemento, se llama Nate y bueno...es un conejo.-

-¿Un conejo?-Judy se mostró entusiasmada.- ¡¿De verdad?! Eso es genial.-

-Sí, bueno y pues Judy tu eres una coneja, así que...te lo encargo por favor.-

-¡Claro que sí!-

-¿Y yo que?- Pregunte.

-Bueno tu...eres hombre, hay cosas que Judy no podrá compartir con el...Mas te vale que estés a la altura zorro.-

No dije nada más, el Jefe Bogo llamo al conejo.

-Pase oficial Nate Marsh-

Las puertas se abrieron, un conejo color naranja, enormes ojos y orejas se hizo presente en la oficina, lo mire sorprendido, era atractivo, si, se reconocerlo...

-Buenos días a todos soy el oficial Nate.-

Mire a Judy, ella no podía esconder lo feliz que estaba, sus enormes ojos reflejaban todo lo que no reflejaban por mi...

-¿Tu eres Judy?-Pregunto el conejo.

-Si, a sus órdenes.-

-Eres linda, serás buena compañera.-

Judy se sonrojo un poco, a mí me hirvió la sangre...

-¿Tu eres....-

-Nick Wilde, el compañero de Judy.-

Me acerque a Zanahorias y puse mi brazo sobre su cabeza, lo mire fijo y el a mí, Judy ni se inmuto.

-Por ahora mi estimado Nick.-Sentencio y lazo una leve sonrisa retadora. Quería degollar a ese conejo, Zanahorias era mía...