«Es sábado por la tarde, ¿Acaso soy la única persona en el mundo que prefiere que sea día de colegio?»
Camila odiaba los sábados, Austin siempre iba a buscarla para enseñarla a su círculo social como si de un logro se tratara. Pero ese sábado se sentía realmente mal.
Camila: Dile que no suba mamá. – Le gritó desde el otro lado de la puerta, estaba en su habitación hecha bolita.
Sinuhe: ¿Hija que pasa? ¿Qué tienes? Austin está muy guapo y está esperándote.
Camila: Mamá por favor, dile que no me siento bien. – Sentía que la estaban cortando a la mitad, era la única vez que Camila deseaba ser hombre. O que ellos sufrieran tanto como ella sufría cinco días al mes.
Sinuhe: Pero hija, debes hacer el intento.
Camila: ¡Mamá por favor! No me obligues a hacer est... - La puerta se abrió, Austin había entrado al cuarto.
Sinuhe: Yo creo que deben hablar solos.
Camila esperaba que su madre leyera su mirada y la ayudara a salir de eso, pero antes de poner decir nada, Sinuhe ya había bajado las escaleras.
Austin: ¿Qué pasa princesa? Rápido, se nos hace tarde para el partido. La fiesta será después.
Camila: Austin yo...
Austin: Rápido, ponte la camisa del equipo que te di, te verás hermosa.
Camila: Es que yo... - Se retorció un poco.
Austin: Ya no hables y vámonos.
Camila: Tú no entiendes.
Austin: ¿Qué pasa? ¿Qué esperas? ¡Arriba!
Camila: Yo no puedo acompañarte hoy.
Austin: ¿Cómo dices?
Camila: Yo no me siento bien.
Austin: Yo te veo bien. Toma un pastilla y ya. ¡Rápido! No haremos esperar a mis amigos. – Miró su reloj.
Camila: Es que tengo náuseas y pues bueno... me duele... el vientre.
Austin: ¿El vientre?
Camila: Si, tu sabes...
Austin: ¡Oh genial! ¡Esto es genial! ¿No podías escoger otro día verdad? – Se alteró.
Camila: ¿Tú crees que puedo elegir?
Austin: ¡Si claro! Tenía que ser justo este día ¿No? – Alzó la voz. – Justo ahora que todos mis amigos están ahí.
Camila: Si tanto te importan tus amigos por qué no te vas.
Austin: No te hagas la victima ahora, yo no tengo la culpa de que te duela. Tienes que aguantarte.
Camila: ¡Oh! ¡Pues perdóname por ser mujer! – Se levantó de la cama, casi sin fuerzas pero con las suficientes para gritar.
Austin: No me vengas con tonterías Camila y vámonos, nos esperan.
Camila: ¿No entiendes que NO puedo? Vete.
Austin se quedó mirándola desde la puerta como evaluando la situación. Miró el reloj de nuevo y luego vio a Camila.
Austin: Bien, pero luego no digas que no soy romántico contigo. – Salió y cerró la puerta bruscamente.
Ahí, en su habitación, Camila se desplomó. Estabafuriosa y cansada. El dolor parecía que la iba a acompañar toda la noche.
Esa noche Camila lloró.
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Write On Me -- |CAMREN|
Teen FictionLos tatuajes habían salvado a Lauren de la ira que sentía. Lauren había salvado a Camila de la realidad que vivía. @OnlyRodas