Thanks ; chensung [nct dream]

一枪.

Se inclinó dejando un pequeño beso sobre los labios del menor mientras sus mejillas se tornaban de color carmesí. El opuesto soltó una pequeña risa, tomando su pequeña mano y entrelazándola con la propia.

—Te amo, Chenle, hyung.

—Te amo mucho más, Ji... -Sus labios junto a los de él no le permitieron terminar la oración.

—Gracias por venir a dejarme a mi casa, hyung. ¡Cuídese, y vaya con cuidado! -Le dio un pequeño beso sobre la mejilla sonrojándose como todo el pre-adolescente que es. Sin darle tiempo de reaccionar ante el tacto en su mejilla, el menor cerró la puerta corriendo emocionado a su cuarto.

  

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Corría desesperadamente, lo más rápido que podía, o más bien, lo más rápido que sus piernas daban. El sudor se mezclaba con las gotas de lluvia que golpeaban su rostro. La noticia no la creía, "Chenle, Ji... Jisung tuvo un accidente, ¡ven ahora!". Ese llamado lo había desesperado por completo. Hae Chan rara vez hablaba entrecortado y ahora todo tenía sentido. Es que, ¿cómo a una persona se le ocurre conducir alcoholizada?

Continuó corriendo hasta que por fin llegó al hospital. No se dio tiempo de pasar a preguntar cual era la habitación de Jisung. El desespero de saber que si es que se encuentra bien le invadía.

Volvió a bajar, sintiéndose estúpido por no haber preguntado, estaba perdiendo el tiempo.

—¡¿CUÁL ES LA HABITACIÓN DE JISUNG?! -Gritó exasperado al punto de las lágrimas. Las señoras que se encontraban conversando tras el mueblo le miraron sorprendidas.

—¡NECESITO UNA RESPUESTA!

—Habitación 204... Piso 15. -No se dio el tiempo de agradecer cuando ya se encontraba escaleras arriba. Se auto golpeó cuando recordó que existían ascensores. Alcanzó a subir en uno antes de que se cerrara y repetidas veces oprimió el número del piso al que debía ir.

Por fin las puertas se abrieron y volvió a correr. A este paso podría ser atleta en un futuro, si es que la flojera se lo permitía. Con un movimiento de cabeza quitó todo tipo de absurdo pensamiento, centrándose en lo esencial del momento, Jisung.

Uno, dos, inhala, exhala, uno, dos, inhala, exhala, uno, dos, inhala y exha...

—¡JISUNG, ESTÁS BIEN, ¿VERDAD?! Bebé, tu hyung ya llegó. -Gritaba entre lágrimas al ver el cuerpo del menor lleno de cables y aparatos.

—Zhong... -Reconocía a la perfección esa voz, era la madre de Park.

—Ajumma, ¿él está bien?

—Está en coma... -En las historias que le leían antes de dormir todo era feliz, nunca había escuchado de separaciones y lágrimas. Nunca creyó que esto pasara. Le mintieron, la vida no era perfecta como decían sus cuentos.

—Ajumma, no. -Y sus rodillas flaquearon haciéndolo caer al frío suelo junto a sus lágrimas.

  

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