Soy más que lo que aparento

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Descripción del capítulo: Después de la insistencia de Steve, la charla dentre ambos se da, dejando al final deseos y algunas interrogantes.

Después de acomodar las cajas en el auto de Pepper, Tony se quedó inmóvil al cerrar la puerta. Su pelirroja amiga lo observaba divertida. -Emmm... ¿Tony? Te están esperando -le dice mientras ve a Steve a unos cuantos metros, con las piernas cruzadas, sentado en un banco, sin quitar la vista de su "presa", como el mismo rubio pensaba. Tony suspiró, -Si me monto rápido al auto, tu entras, arrancas y nos olvidamos de esto.

-Oh, no. Ni lo pienses mi genio amigo. Te comprometiste, ahora cúmplele. Te espero con todos los detalles en casa -le dice después de darle un beso y subirse al auto. Tony ve el auto alejarse, sintiendo que éste había sido un terrible error. Gira y ve al rubio, que le sonríe y va hacia él. -Vamos.

-Bien... pero yo escojo el lugar... y tu pagas, ya que eres el que insiste en esta idea.

-No te preocupes, es lo de menos -le dice con total tranquilidad.

Bajan unos escalones, siendo Tony quien lo sigue incómodo, hasta una motocicleta Davidson negra.

-Emm... ¿iremos... en eso?

-Claro, ¿nunca te has montado en una motocicleta?

El castaño observa la máquina, tal si fuera una bestia de los infiernos, lo que hace que Steve ría, -Descuida, iré despacio. Dime, ¿a dónde quieres ir?

-Tercera y Manchester. Ahí... hay una cafetería.

El rubio asiente y le entrega el casco. Tony se lo pone incómodo, mientras Steve se monta y espera su próximo movimiento. El castaño se acerca el vehículo e incómodamente sube su pierna, para quedar bien colocado. Arranca, haciendo que de inmediato el castaño lo tome de la cintura nerviosamente. El rubio sonríe y se voltea, -Si me tomas de la chaqueta, me costará conducir.

Tony se queda sin entender, así que el rubio sube un poco su prenda, dejando expuesta su cintura. -Sujétate -le indica. El genio, sintiéndose un poco tonto, obedece y el rubio deja caer su chaqueta para después seguir por la vía.

Tal y como prometió, no fue rápido, lo que le dio oportunidad a Tony de disfrutar, desde una diferente perspectiva, las calles que le eran comunes. Poco a poco fue aflojando su agarre, haciendo que el rubio se sintiera satisfecho al verlo más tranquilo. Después de algunos minutos, llegan al lugar, donde se encontraba una cafetería no muy elegante, o al menos, no del tipo al que acostumbraba ir Steve. Ambos se bajan y el rubio observa con cuidado el lugar. Tony sonríe, -¿Nunca habías venido a un lugar como éste?

-Emm... si, antes que me hiciera famoso. Se ve muy bonito -le dice sin quitarle la vista.

Ambos entran. El lugar estaba un poco concurrido, era común, ya que estaba cerca de una universidad. Tony busca una mesa cerca de la ventana, pero vuelve a ver. Steve va hacia una mesa más aparte, lo que hace entender de inmediato al castaño. Era obvio que no quería ser visto en ese lugar, menos con un tipo como él.

Sin decir nada lo sigue y toma asiento frente a él. Steve sigue mirando el lugar, luego ve la mesa, que tenía un menú. Lo toma y revisa. Una camarera llega y ve al rubio indecisa, pues le parecía muy familiar.

-Emm... ¿cómo estás Jenny?

-Ohh... Hola Tony, ammm... ¿lo de siempre? -le responde sin quitar la vista de su acompañante.

Normalmente tomaba un simple café, mientras revisaba sus apuntes, pero no quería que el rubio supiera su descuidado régimen alimenticio, así que prefirió cambiarlo.

-Café como siempre, y una tarta de manzana.

-Ok, y... ¿usted señor? -le pregunta a Steve, que no dejaba de ver el menú.

El RetoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora