Su último susurro

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SU ÚLTIMO SUSURRO

Un día de viento, a finales de septiembre de no recuerdo que año, entré por primera vez en el Cementerio de La Hierba. No hacía esto porque tuviera a alguien allí enterrado, sino por sentir la paz que se podía respirar en el lugar.

Paseé nostálgica por las extrañas tumbas, acomodando los viejos y polvorientos arreglos florales.

En mi cabeza sonaba una triste canción que me puso un poco sentimental; me recordaba a mi amor perdido. Cada paso que avanzaba una lágrima rodaba por mi mejilla. Mi respiración se aceleró hasta el punto en que rompí a llorar.

Caí frente a un cantero de lilas y empecé a sollozar cada vez de manera más audible.

Mis dolorosos gemidos se escuchaban por todo el cementerio como dos crepitantes campanas que se imponían ante cualquier otro sonido.

Cerré los ojos y suspiré. Intenté calmarme. Con los párpados sellados, inhalé y exhale varias veces hasta lograr abrir mis ojos delicadamente. Volví a ver la luz una vez más.

Casi me caigo del miedo que me dió verlo allí... Una imagen tan verdadera, nítida... Tan viva... Tan repentina...

-Leah. - Su dulce voz me inundó una vez más como una melodía tocada por ángeles.

Mi boca, se encontraba abierta sin poder emitir sonido alguno. Mis ojos ensanchados no podían creer lo que veían y yo aún no lograba procesar de dónde había salido o qué estaba pasando.

-Leah... - Volvió a decir mi nombre pero esta vez sonriendo. Su rostro irradiaba una luz tenue, pero perceptible.

-Renee. ¿Por qué estás aquí? - Murmuré mientras lo miraba directo a sus ojos de noche.

Incorporándome ya a lo sucedido, intenté tomarlo de las manos, pero el retrocedió un paso.

-No Leah, no puedes. - Me contemplaba compasivo.

-¿Por qué? - Me entristecí más que antes. Hice una pausa y me volví otra vez a su mirada - ¿Por qué?- Inquirí enérgica.

Meneo la cabeza negando suavemente. ¡Oh que hermosos eran sus cabellos!

-Ya lo sabes. No puedo... - Repetía alejándose más y más - No podemos.- Farfulló.

Me sonrió una vez más y sólo se desvaneció. Estiré el brazo apremiada por la brillante luz cegadora que él emitió y solamente caí.

Atónita. Estupefacta. ¿Cómo podía ser posible?

Mis ojos se perdieron en una visión.. Esto había sido una señal de un hecho totalmente desagradable...

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⏰ Last updated: Nov 18, 2013 ⏰

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